sábado, 16 de marzo de 2013

Visita guiada por Lakelandzuela

Carlos Valmore Rodríguez

Lakeland

Bienvenido a "Lakelandzuela", acogedora villa que alberga a la mayor colonia venezolana del spring training. Sus calles son los pasillos del clubhouse primaveral de los Tigres de Detroit y su plaza Bolívar el mesón central, donde Bruce Rondón es el triplecoronado del truco y Miguel Cabrera el aprendiz. Al visitarla sentirá las pulsaciones de la LVBP, que aquí se huele, se ve, se saborea, se palpa y, sobre todo, se escucha. Es una cuña del país en el centro de la Florida.

Fundada en 2013 por más de una docena de peregrinos, Lakelandzuela es parada obligada para fanáticos del beisbol venezolano y periodistas que lo cubren. La principal atracción es, naturalmente, Miguel Cabrera, el prócer más reverenciado por estos rumbos. Si se llega temprano podrá ver a la súper estrella humanizada, en su hábitat natural, bromeando con los vecinos y aprendiendo los secretos del truco. Desde la tribuna del estadio Joker Marchant tendrá una privilegiada vista panorámica del slugger mientras practica y juega (esta parte del tour tiene un cargo adicional, pero vale la pena). Se recomienda hacer el paseo en la mañana o al mediodía, pues ya en horas de la tarde será más difícil hallarlo. Y venir a Lakelandzuela y no ver a Cabrera es como ir a Roma sin conocer al papa Francisco. La tarde libre mejor dedíquela para curiosear por la zona de los lagos y el museo aeronáutico.

En el casco central de Lakelandzuela queda la mesa del medio, el ágora del pueblo. Déjese caer a eso de las nueve de la mañana (necesita un visado de periodista) y encontrará a los aldeanos reunidos, con las cartas en la mano. El que no juega, ve. La algarabía de la victoria es parte del folklore. Lakelandzuela es mucho más que beisbol.

Lakelandzuela es pequeña, pero tiene mucho para conocer. Al extremo oriental se levanta el locker de Cabrera, fácilmente identificable porque tiene dos escaparates en su camerino (símbolo de status en esta cultura). Diagonal a la casa solariega del primer venezolano Más Valioso en las Grandes Ligas se yergue el casillero de Víctor Martínez. No deje de pasar por allí, porque es un personaje un tanto esquivo y las oportunidades de verlo son limitadas . En la avenida Justin Verlander queda la residencia de Aníbal Sánchez, el segundo nativo en lanzar un no hit no run en las Grandes Ligas. Hay monumentos históricos de gran valor, como los antiguos aposentos de dos de los precursores de Lakelandzuela: Magglio Ordóñez y Carlos Guillén. Actualmente, viven allí otros peloteros. Con un poco de suerte encontrará en su asiento a Al Kaline, un personaje legendario cuyas proezas se pierden en la noche de la tiempos, una reliquia que viaja desde épocas que no volverán.

Si hubiera recorrido sus veredas hace dos semanas, habría encontrado una Lakelandzuela pujante, bulliciosa, próspera. Suele ser así hasta la primera semana de marzo, cuando termina la temporada alta. Los jóvenes van perdiendo sus puestos de trabajo y deben migrar hacia las provincias de los Tigres de Detroit. Los más veteranos se quedan, como es costumbre en los flujos migratorios. Pero ellos también se irán a finales de mes, cuando comienza la zafra de Grandes Ligas. Entonces Lakelandzuela queda como las Casas Muertas de Ortiz.

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