sábado, 30 de junio de 2012

Martín Pérez, un granjero con sueños de grandeliga


Martín Pérez: un granjero con sueños de grandeliga
Carlos Valmore Rodríguez
Martín Pérez no habla como un post adolescente de 19 años de edad. Hay en sus palabras más vida que eso. Madurez es su palabra favorita, el núcleo de su discurso. “Uno tiene que madurar rápido en este negocio para poder llegar lejos”, menciona el pitcher zurdo, uno de los prospectos más estimados por los Rangers de Texas.
A Pérez le gusta el tema porque se siente con autoridad para hacerlo. No todos los talentos emergentes que han recibido bonificaciones altas por su firma administran su hacienda personal como asegura estarlo haciendo el serpentinero guanareño, quien obtuvo por su rúbrica más de 500 mil dólares. Aparte de pelotero, Pérez es productor agropecuario. “Yo conozco amigos que le dieron buenos bonos y en poco tiempo no tenían nada, lo gastaron todo”, relata el monticulista. “Yo invertí mi bono en una finca,  eso es lo que da en Portuguesa. Un amigo hizo eso: tuvo problemas con su familia, era un vago en el liceo. El chamo se fue a trabajar. De repente compró dos vaquitas. Después cinco. Ahora le está yendo muy bien. Hace poco me llamó de Estados Unidos. ‘Mira, ‘roommate’, acabo de salir del banco. Me dieron un crédito de diez mil millones (de bolívares viejos). Yo pensé: se montó este tipo. Ahora la mamá sí lo quiere. La gente no me cree ese cuento, pero es así. Uno tiene que tener algo seguro porque nunca se sabe lo que puede pasar con el beisbol. Hoy estás aquí, mañana no se sabe dónde. La finca que me compré no fue grande, es una granjita, pero tengo algo ahí. Chamo, yo soy muy religioso, yo creo mucho en Dios y lo dejo todo en manos de él. Lo que él quiera hacer conmigo, que lo haga.”.
Pero es la pelota su pasión, su mundo, en el que espera que la madurez apalanque su progreso hasta transformarlo en un grandeliga. Para él, ser prospecto es apenas una etapa intermedia para llegar a las mayores, la fase superior de un beisbolista. “Un scout me hizo esta pregunta: ¿´Qué es lo más importante en un pelotero para llegar a Grandes Ligas?’. Me puse a pensar. ‘Es una sola cosa’, me dijo. Yo pensé: madurez. Si no maduras no puedes tener una buena relación de pareja, si uno no madura nunca va  tener una familia. Yo le dije: madurez. El scout me contestó: ‘le he preguntado como a cuarenta peloteros y ninguno me ha dicho eso. Eso es’. Es que sin madurez todo lo agarras de mamadera de gallo”. De ahí su absoluta determinación a no dejarse obnubilar por el rótulo de “prospecto”  con que lo han etiquetado.  “Yo no me dejo llevar por el periódico, ni por Baseball America”, enfatiza. “Yo me dejo llevar por el trabajo. Si no trabajas no vas a llegar. La gente dice, el bono ayuda. Sí, ayuda a que seas prospecto. Pero si no trabajas no llegas a Grandes Ligas, eso es verídico. Hay muchos peloteros que van a cinco juegos de futuras estrellas y nunca llegan a nada. ¿Por qué? Porque piensan ‘ ya lo hice, ya soy prospecto, ya ellos me van a subir’. El talento está, pero si no lo pones a prueba y no trabajas para mejorar ese talento nunca vas a llegar a ningún lado”.
Pérez pisa tierra, pero también es ambicioso y posee una elevada dosis de auto confianza. Debutar en la gran carpa en 2011 es su próximo proyecto. “En Texas ya saben lo que yo puedo hacer”, dispara. “Yo los dejo quietos, lo que sé es que estoy listo. A lo mejor comienzo en AA, pero si no a lo mejor arranco en Grandes Ligas, que es lo que yo quiero. Si llego  allá no me baja nadie. Este es el año, este es el año. Quiero dejar de pasar trabajo en ligas menores, porque eso no es fácil. Te trasnochas mucho. En cambio en Grandes Ligas tu dices A y salen corriendo a darte lo que quieres. Cuando estás en Grandes Ligas ganas más dinero, puedes llevar a tu mamá, a todo el mundo. En cambio en ligas menores estás solo. Tienes que pasar trabajo y aprender para llegar a Grandes Ligas”. 
Su paso por la liga venezolana, que en principio se acerca a su fin, le ha dejado nuevas experiencias, como lanzar en un juego contra los Leones del Caracas en el Universitario, ese circo romano donde el público pide cabezas. “Yo contra Caracas no estaba presionado. Me dije, olvídate de la gente, haz tu trabajo y ya. Tranquilito”, señala con naturalidad. Haber logrado su primer triunfo también lo reconforta. “Ya tienes el primer juego ganado y eso lo vas a recordar toda tu vida”, afirma. “Que vengan más, eso es lo que yo digo. Lo que se quiere es ayudar a esta gente a meterse en la pelea, aunque no vaya a estar todo el tiempo con ellos. Yo quiero jugar, aunque no creo que me dejen porque la gente de Texas a lo mejor no va a tener a Cliff Lee, porque va a ser agente libre; y a lo mejor ese es el puesto mío”.  

Esta nota apareció publicada en Líder en noviembre de 2010 

Parias abnegados


Parias abnegados
Carlos Valmore Rodríguez
Cada 27 de junio, una cáfila de bienintencionados nos infla el ego con salutaciones y enhorabuenas por el Día del Periodista. En esa cascada de alabanzas y felicitaciones nos sumergimos con gusto, valga la confesión. Sigan así, nos dicen, cumpliendo con abnegación, mística y profesionalismo el sagrado deber de informar. Nos recuerdan la nobleza de nuestro oficio, nos suben a un pedestal. “Guardianes de la verdad”, nos declaran, y  sentimos como si la Reina Isabel nos invistiera como caballeros. Es que somos “el cuarto poder”. Uno se lo cree hasta que sale a la calle a hacer eso que nos aplauden; y en cuanto pisas un callo pasas de guardián de la verdad a palangrista, de ínclito héroe civil a estorbo, de abnegado profesional a chismoso, de paladín de la libertad y pilar de la democracia a vulgar amarillista. Le pasa a los colegas que cubren la fuente política y económica, pero también a los cronistas deportivos. Después de todo, la tarea es la misma: contar hechos, que con frecuencia deja mal parados a quienes ejercen el poder en cualquiera de sus formas y escalas. Para nosotros, el deporte no es cosa de juego.
Creo hablar en nombre de los reporteros del beisbol cuando afirmo que la cobertura se hace más difícil con cada año que pasa. Temporada tras temporada,  peloteros y gerentes (no todos)  disimulan menos su desagrado con nuestra presencia y nos dejan ver más claramente que para ellos somos un estorbo. Ejemplos sobran. La Convención Anual de la LVBP ahora se hace fuera del país para que los jerarcas del circuito puedan deliberar sin periodistas husmeando por los pasillos. No es una suposición. Algunos de ellos lo han reconocido “off the record”. Ahí pecamos también los medios, que por ahorrarse unos dólares y un boleto de avión a Aruba no les llegamos allá. Es curioso que se maneje una reunión para tratar asuntos deportivos como si se tratara del Proyecto Manhattan. Pero así funciona la cosa ahora. Lo de los Leones del Caracas es capítulo aparte. Cuando yo comencé a ir a juegos de los melenudos  podía pasearme por el dugout del equipo sin problemas. Ahora es campo minado. Hace siete, ocho años, cuando el Caracas comenzaba su precampaña, se podía entrevistar a un pelotero durante un alto en sus ejercicios. Luego se nos dijo que no, que solo tendríamos acceso a ellos después de la faena para que los atletas se concentraran en lo suyo. Ok, pudiera ser razonable, pensamos. Posteriormente nos sacaron del terreno y nos mandaron a la tribuna para ver la práctica desde las tribunas. Espero que en la próxima temporada no tengamos que ver los entrenamientos de los capitalinos con unos prismáticos desde la Torre La Previsora. Cuando los metropolitanos se coronaron en la contienda 2010-2011 a los diarios se les negó autorización para  cubrir la celebración, a la que sí recibieron puerta franca el circuito radial de la divisa y las televisoras. Pareciera que la prensa escrita es vista como paria por algunos, como una suerte de epidemia que  debe ser contenida.  Eso a pesar de que su presidente, Luis Ávila, siempre está dispuesto a conversar con los fablistanes siempre de manera respetuosa y cordial.
Pero no solo Caracas hace saber que no somos bienvenidos a la fiesta del beisbol. Magallanes hace lo propio. El año pasado un miembro de su equipo de seguridad (desdeñando la política oficial de la organización) agredió a un fotógrafo de Meridiano (y dañó su cámara) porque cometió el delito de tomar unas gráficas. La cueva turca también se convirtió en “territorio liberado” de “cuchilleros”.   Lo más inquietante es que Caracas y Magallanes son las instituciones más poderosas de la pelota nacional, las que mejor deberían entender que un espectáculo de masas como la LVBP requiere de la cobertura de la mayor cantidad de medios de difusión posibles. Al menos en la nave hay jerarcas que mantienen una posición “aperturista” con el tabú del clubhouse. Antes de comenzar la edición 2010-2011 un miembro del gabinete turco, a quien le planteé esta inquietud, se mostró dispuesto a estudiar la apertura a los camarotes de la galera. “Nosotros hemos evaluado esa posibilidad”, comentó.  Ojalá no haya cambiado de opinión.   
La Liga ha avanzado mucho en diferentes campos de unos años para acá. Se ha hecho más profesional, mejor espectáculo. Pero le falta dar el salto en materia de relaciones con los medios de comunicación. Mucho se puede aprender de las principales ligas profesionales de Estados Unidos, MLB entre ellas. No se trata de que los periodistas tengan derecho a importunar a los atletas mientras hacen su trabajo, sino de que cada cual pueda cumplir con su labor. ¿No quieren que los reporteros “molesten” a los jugadores mientras practican? Perfecto, entonces abran los clubhouses, como se hace en las mayores. Que haya paso al camerino hasta media hora antes del partido e inmediatamente después de este. En una ocasión le escuché a un dirigente de equipo que eso de permitir el ingreso de la prensa a los clubhouses era inviable aquí por un tema de espacio, pues sencillamente no cabríamos peloteros y reporteros. Para eso hay solución: dar un acceso restringido por día a través de un pase especial, adicional a la credencial que expide el equipo. Así es en el circo máximo cuando hay excesiva demanda de acceso.
En otra oportunidad oí a un directivo argumentar que no podía permitir que entrara un periodista a vender mercaderías en el refugio de los beisbolistas. Ahí la solución es más sencilla aún: revocatoria inmediata de la credencial. Los clubes ejercen la potestad de aprobar carnets a los periodistas. Si sospechan del profesionalismo de algunos (¿o es que todos matamos tigres ‘turqueando’ en el estadio?)  pueden reservarse el derecho de admisión. El asunto es que ahí hay un doble discurso. Recuerdo claramente el día que Omar Vizquel se retiró del beisbol venezolano. Fue en el Universitario y el Caracas era homeclub. El terreno se llenó de asomados, que estoy seguro no eran profesionales de la comunicación, sino fanáticos con credencial. ¿Y quién se las dio? Leones. Incluso le mostré a un miembro del personal de seguridad cómo una persona con acreditación de prensa, a quien jamás vi en el palco, le estaba pidiendo un autógrafo a Vizquel, lo cual está terminantemente prohibido, so pena de cancelación del documento y expulsión del infractor. No le hicieron nada. Pero a uno sí lo empujan y lo maltratan en el cumplimiento del deber. 
¿Cuál es la razón de fondo para mantener los clubhouses cerrados a cal y canto? El temor a la reacción de los peloteros, que son los que reglamentan la cobertura de los medios.  Para ellos, su clubhouse de la LVBP es una zona de distensión, una cuna con mosquitero para guarecerse de las “picaduras” de la prensa sin pagar la cuota de impopularidad por negarse, cara a cara, a dar una entrevista. Ese status quo es perfecto para ellos, porque ni siquiera en Grandes Ligas pueden librarse del escrutinio del “cuarto poder”. Ellos se meten allá y listo, quedan fuera del alcance de la opinión pública. Repito, no son todos, pero es una actitud bastante extendida en ese gremio. Los equipos deben ponerse por encima de eso. Como siempre repite Luis Ávila: nadie está por encima de la institución.  Si en MLB hubieran sucumbido ante la resistencia de los peloteros al ingreso de mujeres periodistas al  vestuario, grandes talentos como Amy Nelson no podrían deleitarnos con sus notas. MLB dejó claro quién mandaba. La LVBP debe hacer otro tanto, por más que tenga menos poder. 
Ojo, no se trata de exigir libertinaje ni de reclamar alfombra roja. No. El que se mete a periodista debe saber que el papel de intruso viene incluido en el paquete.  Solo invoco el derecho a la información consagrado en la Constitución de la República y en los tratados internacionales. Así uno sea persona non grata es nuestra obligación contar la noticia. Así lo seguiremos haciendo, con “abnegación  mística y profesionalismo”, como dicen los avisos de felicitación del Día del Periodista.  
PD
Disculpen esta nota tipo Calimero. Tengo por norma no escribir sobre nuestro oficio porque estoy convencido de que a la gente le importa un pepino cómo  hacemos el trabajo y de qué manera llegamos a la noticia, sino la noticia en sí. Detesto el pontificado sobre periodismo fuera de las aulas. Que conste que solo lo hago con el salvoconducto que da el Día del Periodista, el único en el que somos nosotros los protagonistas. Pero al final este problema sí le concierne a ud, lector. Porque toda restricción a nuestro trabajo es una sustracción que se le hace a la calidad de la información que lee. Cuando discriminan a la prensa escrita se menosprecia también a sus lectores, que se cuentan por miles.
No me hago ilusiones de que estas líneas tengan algún efecto positivo. Me conformo con que al menos sirva para que no desmejoren todavía más nuestras condiciones de trabajo.






  

jueves, 21 de junio de 2012

La Guaira traza vías alternas ante potencial ausencia de Gregor Blanco



CARLOS VALMORE RODRÍGUEZ


Por primera vez en seis años, La Guaira tiene que pensarse sin Gregor
Blanco de principio a fin.
Mientras el resto de los mortales del beisbol venezolano debía ir hasta Andrómeda en busca de un jardinero central y un primer bate, los escualos tenían despejada esa X. Pero este año será diferente: cuando el “Tiburón blanco” sacó su aleta dorsal frente a las costas de California, los ejecutivos
del club varguense comprendieron que ese lujo que se daban de contar
con el mejor pelotero de la liga a partir de la mitad inicial del calendario ya
está fuera de su alcance.
Blanco juega casi a diario con unos Gigantes de San Francisco con aspiraciones de postemporada, de manera que todo apunta a que la máxima figura de los litoralenses se ausentará, por lo menos, para la primera parte de la campaña. “No estamos haciendo planes con él”, subrayó una fuente oficial de los costeños.
Es menester, entonces, trazar una o más vías alternas. Y ya hay algunas en estudio. La primera de ellas pasa por Rafael “Balita” Ortega, que a sus 21 años de edad juega en la división A fuerte de los Rockies de Colorado. Un oficial de
los Tiburones comentó que ya están adelantadas las conversaciones para que “Balita” se sume al pelotón de Marco Davalillo lo antes posible. En 231 turnos, el anzoatiguense batea para .286, con 13 bases robadas. David Paisano le
serviría de escolta.
La otra opción que se maneja es importar un guardabosques central, que de paso tenga aptitudes de primer bate. La última vez que La Guaira arrancó con un centerfielder extranjero fue en la contienda 2006-2007, cuando la gerencia trajo al entonces prospecto de los Medias Blancas de Chicago, Brian Anderson. En la 2007-2008 también vio acción Ben Harrison, pero ya Blanco era el amo de la posición.

SOLUCIONES EN LA RECEPTORÍA
Otra pieza clave en la exitosa temporada que tuvieron los Tiburones en la
2011-2012, Héctor Sánchez, tampoco está en los planes iniciales de La
Guaira. El aragüeño es el segundo catcher de los Gigantes y el gabinete guairista sabe que su presencia es incierta.
Lo mismo pasa con Salvador Pérez, el careta de los Reales de Kansas City. Los monarcas no están ganados a la idea de que Pérez, que está terminando su rehabilitación tras romperse los meniscos laterales de la rodilla izquierda, juegue en Venezuela. ¿Alternativas? Rossmel Pérez (.238 de average y .327 de OBP en la AA de los Cascabeles de Arizona) y el curtido Edwin Bellrín.
En La Guaira tampoco se hacen ilusiones con los pitchers grandeligas
Henderson Álvarez y Jeanmar Gómez, que forman parte de la rotación de abridores de sus respectivos elencos, Azulejos de Toronto e Indios de Cleveland. A quien sí esperan desde temprano es al capitán del equipo, Oscar Salazar. Está en Japón, pero en ligas menores.


miércoles, 20 de junio de 2012

13 años tarde


13 años tarde
Carlos Valmore Rodríguez
La cadena de esta noche debió ocurrir en mayo de 1999, jamás en junio de 2012. La misión  a  Toda Vida Venezuela llega 13 años y miles de muertos tarde.
Luego de casi tres lustros en el poder, el Presidente de la República hace un diagnóstico (¿??) sobre el problema de la inseguridad en Venezuela.  ¿Diagnóstico? ¿Ahora? ¿Terminando su segundo sexenio?  Y lo peor de todo es que, por hallarse poco convencido de la magnitud de la tragedia, lo hizo como a regañadientes. “En América Latina, Venezuela es el país donde hay una mayor diferencia entre los índices reales de inseguridad y la percepción sobre el problema”, le dijo a la Nación.  Moraleja: el problema no es tan grande, solo que los medios lo magnifican. Y para que dejen la ladilla, ahí va la Misión Toda Vida Venezuela.
Esta administración ha escurrido el bulto ante la hiedra de mil cabezas  que es la delincuencia desatada. Chávez, que habla de todo, hasta de la vida en Marte,  nunca quiso tomar ese toro por los cuernos, ni siquiera retóricamente.  Sobre la inseguridad, mutis por el foro. Algo que jamás entenderé. La lucha contra los malandros no solo es necesaria, también es popular.  Los pobres de nuestro país están en la línea de fuego, en la primera línea, de hecho. Ellos ponen la mayoría de los muertos en esta especie de guerra civil soterrada, de baja intensidad, que hay aquí desde hace varios años (el problema no comenzó con Chávez, valga la acotación. Vayan a la hemeroteca y lo comprobarán).  Hasta demagogia se puede hacer con la cuestión. El Presidente sería incluso más popular de lo que ya es si apareciera un día y le dijera a los hampones: “señores, ahora se las verán con Chávez”.  Si tronara contra ellos con el mismo volumen y virulencia que usa para descalificar a sus oponentes subiría puntos en las encuestas.  Pero no, les ofrece computadoras, como lo hizo hace ya algún tiempo.  
El drama de Chávez es que está entrampado en prejuicios ideológicos totalmente desenfocados. Él parece creer que combatir a los antisociales es de derecha,  que es el esquema del puntofijismo, del dispare primero y averigüe después de Rómulo Betancourt. No, Presidente, nadie en su sano juicio está pidiendo escuadrones de la muerte, ni las aborrecibles e inútiles “razzias” que hacía la policía en los cinturones de miseria de las ciudades grandes  (por cierto, a Didalco Bolívar, a quien Chávez readmitió en su seno cual hijo pródigo, lo acusan de haber alcahuetado centenares de ejecuciones efectuadas por la policía de Aragua). De más está decir que esas ejecuciones son extrajudiciales, porque todas lo son en Venezuela por mandato expreso de la Constitución Bolivariana.
Los organismos de seguridad tienen que encarar a los delincuentes. No olvide, Presidente, que el Estado tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza. Reprimir, por cierto, no incluye ejecuciones, ni torturas, ni redadas abusivas. Reprimir, en democracia, es detectar, perseguir y encarcelar a los delincuentes. Y si alguno de ellos hace armas contra los funcionarios, o pone en peligro la vida de otro ciudadano, pues no queda más remedio que el empleo de la fuerza letal.  Eso no es de izquierda, ni de derecha, es solo el ejercicio de la autoridad. Ud, Presidente, lo explicó con meridiana claridad esta noche:  “Un gobierno tiene que ser muy firme, respetando los derechos humanos”.  Ni más ni menos. El jefe del Estado suele amenazar con mandarle los tanques a quien se alebreste (lo recordó hoy). Eso sí que es uso desproporcionado de la fuerza.  
Chávez ha buscado aprobar, “fast track”, leyes que requiere para su proyecto político. Pero la Policía Nacional, mandato constitucional desde 1999, vio la luz en 2008, tras casi una década en mora.  A la Comisión Nacional para la Reforma Policial, Conarepol (loable esfuerzo impulsado por este Gobierno) no le pararon ni un microcurie. El Dibise (Dispositivo Bicentenario de Seguridad) aparece como una medida espasmódica. Uno lo ve desplegado parando carros en alcabalas móviles mientras suena el plomo parejo en los sectores populares. Le sugiero algo, señor Presidente, para que le sirva de estímulo: imagine que los malandros son escuálidos.  Verá que se inspira y le pone al turno.  

13 años tarde
Carlos Valmore Rodríguez
La cadena de esta noche debió ocurrir en mayo de 1999, jamás en junio de 2012. La misión  a  Toda Vida Venezuela llega 13 años y miles de muertos tarde.
Luego de casi tres lustros en el poder, el Presidente de la República hace un diagnóstico (¿??) sobre el problema de la inseguridad en Venezuela.  ¿Diagnóstico? ¿Ahora? ¿Terminando su segundo sexenio?  Y lo peor de todo es que, por hallarse poco convencido de la magnitud de la tragedia, lo hizo como a regañadientes. “En América Latina, Venezuela es el país donde hay una mayor diferencia entre los índices reales de inseguridad y la percepción sobre el problema”, le dijo a la Nación.  Moraleja: el problema no es tan grande, solo que los medios lo magnifican. Y para que dejen la ladilla, ahí va la Misión Toda Vida Venezuela.
Esta administración ha escurrido el bulto ante la hiedra de mil cabezas  que es la delincuencia desatada. Chávez, que habla de todo, hasta de la vida en Marte,  nunca quiso tomar ese toro por los cuernos, ni siquiera retóricamente.  Sobre la inseguridad, mutis por el foro. Algo que jamás entenderé. La lucha contra los malandros no solo es necesaria, también es popular.  Los pobres de nuestro país están en la línea de fuego, en la primera línea, de hecho. Ellos ponen la mayoría de los muertos en esta especie de guerra civil soterrada, de baja intensidad, que hay aquí desde hace varios años (el problema no comenzó con Chávez, valga la acotación. Vayan a la hemeroteca y lo comprobarán).  Hasta demagogia se puede hacer con la cuestión. El Presidente sería incluso más popular de lo que ya es si apareciera un día y le dijera a los hampones: “señores, ahora se las verán con Chávez”.  Si tronara contra ellos con el mismo volumen y virulencia que usa para descalificar a sus oponentes subiría puntos en las encuestas.  Pero no, les ofrece computadoras, como lo hizo hace ya algún tiempo.  
El drama de Chávez es que está entrampado en prejuicios ideológicos totalmente desenfocados. Él parece creer que combatir a los antisociales es de derecha,  que es el esquema del puntofijismo, del dispare primero y averigüe después de Rómulo Betancourt. No, Presidente, nadie en su sano juicio está pidiendo escuadrones de la muerte, ni las aborrecibles e inútiles “razzias” que hacía la policía en los cinturones de miseria de las ciudades grandes  (por cierto, a Didalco Bolívar, a quien Chávez readmitió en su seno cual hijo pródigo, lo acusan de haber alcahuetado centenares de ejecuciones efectuadas por la policía de Aragua). De más está decir que esas ejecuciones son extrajudiciales, porque todas lo son en Venezuela por mandato expreso de la Constitución Bolivariana.
Los organismos de seguridad tienen que encarar a los delincuentes. No olvide, Presidente, que el Estado tiene el monopolio del uso legítimo de la fuerza. Reprimir, por cierto, no incluye ejecuciones, ni torturas, ni redadas abusivas. Reprimir, en democracia, es detectar, perseguir y encarcelar a los delincuentes. Y si alguno de ellos hace armas contra los funcionarios, o pone en peligro la vida de otro ciudadano, pues no queda más remedio que el empleo de la fuerza letal.  Eso no es de izquierda, ni de derecha, es solo el ejercicio de la autoridad. Ud, Presidente, lo explicó con meridiana claridad esta noche:  “Un gobierno tiene que ser muy firme, respetando los derechos humanos”.  Ni más ni menos. El jefe del Estado suele amenazar con mandarle los tanques a quien se alebreste (lo recordó hoy). Eso sí que es uso desproporcionado de la fuerza.  
Chávez ha buscado aprobar, “fast track”, leyes que requiere para su proyecto político. Pero la Policía Nacional, mandato constitucional desde 1999, vio la luz en 2008, tras casi una década en mora.  A la Comisión Nacional para la Reforma Policial, Conarepol (loable esfuerzo impulsado por este Gobierno) no le pararon ni un microcurie. El Dibise (Dispositivo Bicentenario de Seguridad) aparece como una medida espasmódica. Uno lo ve desplegado parando carros en alcabalas móviles mientras suena el plomo parejo en los sectores populares. Le sugiero algo, señor Presidente, para que le sirva de estímulo: imagine que los malandros son escuálidos.  Verá que se inspira y le pone al turno.  

miércoles, 6 de junio de 2012

Wilson Álvarez es la apuesta del comité para coach de pitcheo de la Vinotinto





Marco Davalillo, Carlos García y Andrés Galarraga también forman parte del staff 
Carlos Valmore Rodríguez
Wilson Álvarez, Andrés Galarraga, Carlos García y Marco Davalillo aparecen en la lista de siete miembros que compondrán el cuerpo técnico de Venezuela en el tercer Clásico Mundial de Beisbol. El comité organizador de la selección espera por la aprobación de estos nombres por parte de Major League Baseball para luego hacerlos públicos en rueda de prensa.
Carlos Miguel Oropeza, gerente general del combinado tricolor, informó que el staff que acompañará al mánager Luis Sojo fue presentado hace diez días a MLB a través de un correo electrónico. Como no hubo respuesta, Oropeza llamó anteayer a oficiales de las Grandes Ligas y les pidió autorización para oficializar el anuncio. “Les dije que en nuestro criterio el proceso iba muy lento y que no entendíamos cuál era el problema de hacer la rueda de prensa”, contó el ejecutivo. “Lo que nos explicaron fue que el torneo clasificatorio (que repartirá cuatro cupos para el  CMB) estaba demorando todo. Les comentamos que no entendíamos en qué se relacionaba el clasificatorio con nuestro cuerpo técnico. Ellos quedaron en responder”.
Oropeza declinó adelantar el reparto del cuerpo técnico de Venezuela. “En MLB están molestos porque en Puerto Rico hicieron un anuncio sin su consentimiento”, expresó. Empero, fuentes oficiales vinculadas al comité confirmaron que el ex lanzador de Grandes Ligas es la opción para ejercer el cargo de coach de pitcheo, que en las dos primeras ediciones de la competencia internacional recayó en Roberto Espinoza. Todo pasa por el visto bueno de las Grandes Ligas, que tiene la potestad de vetar aspirantes. El zuliano, quien llegó a ser el máximo ganador y ponchador entre los serpentineros criollos que han pisado el circo máximo,  figuró como invitado especial del cuerpo técnico de la Vinotinto durante la preparación para el CMB de 2009. A Álvarez le gustó la experiencia. Además, ya tiene recorrido como tutor de monticulistas, tanto en Caribes de Anzoátegui como en Águilas del Zulia. No trabaja con ninguna divisa de la gran carpa.
Andrés Galarraga es una figura de consenso dentro del comité.  El número uno en el ranking de los jonroneros nativos en el bigshow fue el instructor de bateo de la selección en 2009 y sus recomendaciones resultaron útiles para varios de los artilleros.  En cuanto a Marco Davalillo, sería la primera vez que participa en el Clásico. Dos veces ganador del Mánager del Año en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, el piloto de los Tiburones de La Guaira es uno de los técnicos criollos con mejor reputación en la actualidad. También será el debut de Carlos García, dirigente de los Navegantes del Magallanes y premiado como mejor conductor de la zafra 2009-2010 de Liprobeisbol. Fuentes consultadas por Meridiano aseguran que el ex ligamayorista, coach en la delegación de los Piratas de Pittsburgh en clase A fuerte,  ya aceptó enrolarse en el equipo. A menos que suceda algo extraordinario, su apellido es una fija en la escuadra patria. 
Luis Dorante y Omar Malavé también están en el roster. Dos veces ganador del Mánager del Año en la LVBP, el falconiano es coach de los Yanquis de Nueva York y estratega de las Águilas del Zulia. Hizo llave con Sojo cuando ambos fueron coaches de Carlos García en el Magallanes del campeonato anterior. En cuanto a Malavé, ya tiene experiencia en el Clásico y es persona de confianza de Sojo desde los días de ambos en Cardenales de Lara.  Omar Vizquel también ha sonado como posible técnico en la competencia que se llevará a cabo en 2013. Su presencia no ha sido corroborada por ninguna voz autorizada.
Edwin Zerpa, presidente de la Federación Venezolana de Beisbol, ha dicho que el comité organizador Vinotinto  propuso a las Grandes Ligas dos fechas: 16 o 18 de junio. Mientras tanto, los ejecutivos se mantienen trabajando para adelantar todo lo posible. Se espera que entre este mes y el próximo se produzca la primera reunión formal con las autoridades de las mayores.