viernes, 24 de mayo de 2013

Una eliminatoria que no elimina


Carlos Valmore Rodríguez

A partir de octubre, y hasta diciembre,  la LVBP perderá su valioso tiempo en una ronda eliminatoria que no eliminará a  nadie, o a casi nadie. ¿Eliminatoria cómo,  si avanza 75 por ciento de los clubes que comenzaron? ¿Vale la pena gastar casi tres meses en sacar a dos de los ocho competidores? Cuando la Liga debía apuntar hacia un playoff más exclusivo, con menos equipos y más calidad, lo que hace es dar puerta franca.   

¿Qué señorío, qué estatura puede tener una postemporada sin filtro,  vuelta prácticamente un ventetú? Que trascendieran cinco de ocho a los playoffs ya era cuestionable. Seis de ocho es una total desmesura.  Entren que caben  cien.  Si esta era la alternativa, resultaba preferible quedarse con el viejo formato, con todos sus defectos ¿Para eso desmontaron un modelo exitoso como el round robin?  ¿Dónde está la resistencia al cambio cuando más se le necesita?

La exigencia baja al mínimo con este sistema, donde todos siguen. Ahora un plantel con cinco o seis juegos por debajo de quinientos, y que además perdió su primera semifinal, puede ser campeón. ¿Sirve de algo ser el mejor en la etapa clasificatoria?  La LVBP le compra a la Liga Profesional de Baloncesto su peor producto: esa contradicción ontológica, ese oxímoron llamado “mejor perdedor”. O sea, que pierdes, pero no pierdes. Continúas. Se premia la ley del mínimo esfuerzo. Bueno, es que así está el país.

Se busca repartir entre más bocas el suculento pastel de enero. Pero recuerden una máxima de las fiestas infantiles: a más invitados, menos torta por cabeza. Todo el mundo entiende que el beisbol es un negocio, pero en los negocios unos ganan y otros pierden, y se supone que los que pierden hoy trabajarán para vencer mañana Y así ha funcionado.  Hubiera sido ideal una temporada regular de 70 encuentros por equipo, al término de la cual los cuatro con mejor récord avanzaran y jugaran semifinales de eliminación directa y luego la final. Eso garantizaba justicia deportiva, espectáculo y plata. Ahora tendremos una postemporada tumultuaria, de pocos méritos, de menos brillo. Antes había fanáticos que se guardaban para el playoff,  “porque ahí se pone buena la pelota”  Ahora, entre las limitaciones y este esquema, enero se parecerá más a octubre.         

 

   

martes, 7 de mayo de 2013

Cambios de formato: lo que conviene y lo que no


Carlos Valmore Rodríguez

Una ventolera reformista sopla con fuerza en la Liga Venezolana de Beisbol Profesional. Es por la época. A medida que se apronta la Convención Anual del circuito se huracanan las brisas renovadoras. Es una constante. Y casi siempre pasa lo mismo: nada.

Ha habido varios conatos de modificar el esquema de competición, casi todos frustrados. La última vez que cristalizó un movimiento fue durante la Convención realizada en Margarita hace seis años, cuando la mudanza de Pastora de los Llanos a Margarita forzó la abolición del sistema divisional en la ronda eliminatoria, que fue reemplazado por el más antiguo formato de todos contra todos. Desde entonces, la hojarasca transformadora se ha levantado varias veces sin que el régimen imperante se conmueva. Han sido varios los intentos fallidos de reformular el funcionamiento de la postemporada. Pero los que quieren cambios se reagrupan y proponen. Y vuelven a la carga con tres alternativas. Aquí se las vamos a presentar, con sus pros y contras.

Propuesta 1

Ronda eliminatoria de 63 juegos por equipo, round robin de 12 juegos y cinco competidores, semifinal de cuatro conjuntos con enfrentamiento directo a un tope de cinco compromisos para ganar tres entre el primer clasificado y el cuarto, y el segundo contra el tercero para definir a los finalistas, que se medirán en una serie a un máximo de siete juegos para ganar cuatro. En ese esquema, la ronda eliminatoria debe comenzar el 8 de octubre y terminar el 23 de diciembre. Y en el round robin, que arrancaría después de Navidad, el primero y el segundo clasificado solo serán visitantes una vez ante el cuarto y el quinto. 

Quién la formula: La idea partió originalmente de Cardenales de Lara hace algunos años, pero ahora la reflotó la actual Junta Directiva de la LVBP. Navegantes del Magallanes también la ha puesto sobre la mesa.

Puntos a favor

Mantiene el modelo de cinco clasificados a postemporada, que es un punto de honor para la mayoría de los equipos.

Al comenzar más temprano, la final despega antes y su finalización no queda tan encima del inicio de la Serie del Caribe, lo que le da al campeón venezolano la oportunidad de practicar antes de la justa y ganar tiempo para buscar refuerzos.

Al acortar el round robin, se reduce el sufrimiento económico de los elencos que quedan eliminados temprano en el todos contra todos, los cuales deben seguir cumpliendo el calendario con elevados costos fijos e ingresos mermados por la caída en la asistencia a su estadio.

Se agrega un elemento novedoso para el público como es el enfrentamiento directo en semifinales, que no se vive en la LVBP desde la campaña 1986-1987, última antes de la entronización del round robin. Así se mantiene la máxima emoción posible sin haber llegado a la final.  

Simultáneamente conserva el round robin, un formato probadamente exitoso en taquilla, al menos para la mayoría de los contendores.

Puntos en contra

Genera dificultades adicionales para armar el calendario del round robin, pues al ser cinco clasificados, y doce los partidos a jugar, la cifra de enfrentamientos contra cada rival necesariamente deberá ser impar (3), lo que provocará que contra ciertos adversarios los equipos tendrán que disputar más encuentros como visitante que como local.

Se usarán doce partidos de round robin para eliminar a un solo conjunto. Es un tamiz que no es tal, pues deja pasar al 80% de los aspirantes, lo que no deja de ser raro. “Raro es un perro azul marino”, bromeó uno de los ejecutivos consultados.  

Obliga a comenzar la postemporada en diciembre. La última vez que se ensayó ese cronograma (2008-2009) algunos equipos se quejaron porque la taquilla de los primeros encuentros desmejoró en relación con el comportamiento habitual cuando la semifinal arrancaba el 2 de enero.

Viabilidad

En este momento, ninguna. El solo hecho de que los socios hayan aprobado inaugurar la temporada regular el 10 de octubre y terminarla el 29 de diciembre descarta esta propuesta, que no convenció a todos los clubes.

Propuesta 2

Fase regular de 63 partidos, round robin de cinco clasificados y ocho partidos por equipo, cuatro de los cuales avanzarán a una semifinal de eliminación directa entre el primero y el cuarto y el segundo contra el tercero, que pugnarán a un máximo de cinco o siete desafíos (eso está por definir) para ganar tres. De allí saldrán los dos finalistas, que pugnarán en un límite de siete cotejos para investir al monarca. El primero que gane cuatro será el soberano. Esta oferta la hizo Lara el año pasado y el Caracas se plegó a ella. La  directiva en funciones de la LVBP la trajo al presente

Puntos a favor 

Mantiene los cinco clasificados a postemporada, considerado por muchos dentro de la LVBP como un derecho adquirido.

Al reducir drásticamente el round robin, hay más holganza tanto para la ronda eliminatoria como para la final, que ya no correrá el riesgo de solaparse con el pistoletazo para la Serie del Caribe. Eso permitirá una mejor preparación para el campeón venezolano, ya que los refuerzos podrán practicar y ponerse en forma antes del torneo regional.

Al comprimir el round robin se alivia el sufrimiento de los equipos que fracasan, que ya no tendrán que arrastrar los pies en el largo maratón del todos contra todos mientras pierden dinero a montones. Los perdedores terminarán su calendario rápido.

Puntos en contra

Recorta demasiado el round robin, que es una mina para los que tienen chance hasta el final.

Prácticamente  convierte al round robin en una ronda de muerte súbita, lo que le quita su carácter justiciero, en el que a los mejores equipos les da tiempo de demostrarlo en el terreno.  A más juegos, más oportunidades hay de que el mejor se imponga.

En el actual esquema, los rivales más taquilleros juegan cuatro veces. En la propuesta de round robin de 12 juegos, se miden en otras ocasiones. En este formato, solo dos.

Viabilidad: Fuentes internas aseguran que no tiene porvenir porque no le acomoda a la mayoría de los socios.

Propuesta 3

Ronda eliminatoria de 70 juegos, abolición del round robin e implantación de una semifinal de cuatro equipos que se eliminarán en dos series de enfrentamiento directo a un máximo de siete juegos (primero contra el cuarto, segundo contra el tercero) para definir a los dos finalistas. Estos combatirán a un tope de siete choques.

Elementos a favor

En una eliminatoria más larga que la actual de 63 hay más oportunidad de que el mejor quede primero.

El campeón de la eliminatoria recibirá un aliciente adicional: enfrentarse solamente con el peor clasificado, en teoría el rival menos fuerte.

Sustituye varios partidos de nómina alta (los de la postemporada) por varios partidos de nómina baja (en la eliminatoria)

Al eliminar el quinto clasificado, la calidad queda más concentrada en la postemporada, pues solo los cuatro mejores (la mitad del total) pueden concurrir ante ella. 

Al campeón le da más tiempo de prepararse bien para la Serie del Caribe.

Al ser más corto, el calendario tiene mayor margen de maniobra.

Puntos en contra

Suprime dos puntos de honor para muchos de los equipos: el round robin y el quinto clasificado. Eso significa menos partidos de alta asistencia y un convidado menos al botín de la postemporada.

Una eliminatoria de 70 partidos puede tornarse demasiado larga y, por tanto, llegar a aburrir a la gente.

Las pérdidas económicas de los que salen rápido de carrera en el round robin se trasladarían, por más tiempo, a los que sucumben, tempranamente, en la eliminatoria, aunque en ella impere la figura de la taquilla compartida entre home club y visitante. 

Viabilidad: ninguna. La propuesta ni siquiera fue incluida en el correo electrónico enviado a los ocho equipos para su revisión. 

 

El formato de hoy

Ronda eliminatoria de 63 partidos, con cinco clasificados a un round robin de 16 encuentros por club. Los dos primeros avanzan a la final, a un máximo de siete lances para ganar cuatro.

Puntos a favor

Ha sido un éxito económico y alineación ganadora no se cambia.

Puntos en contra

Con un round robin tan largo, y que comienza el 2 de enero, hay que embutir la eliminatoria en un envase muy pequeño, donde queda poco espacio para reprogramar juegos en caso de lluvia

El round robin de          16 encuentros obliga a empezar la final muy tarde, tanto que casi no hay separación entre su término y el inicio de la Serie del Caribe, lo cual hace imposible ensamblar un plantel competitivo y suficientemente descansado.

 

Qué puede pasar

Diera la impresión de que todo quedará igual