martes, 3 de noviembre de 2015

El éxito de los Reales tiene ADN de Atlanta



Carlos Valmore Rodríguez
Dayton Moore convocó a su personal de confianza y dijo: “Ya tengo el equipo que quiero en la oficina. Ahora nos falta el que necesitamos en el campo”. Le tomó casi una década ensamblarlo y hace dos noches lo exhibió, ufano, en Nueva York.
La construcción de Kansas City, ahora el edificio más alto de las Grandes Ligas, comenzó por el penthouse, levantado con vigas y concreto traídos de Atlanta.  Hasta 2005, Moore ocupaba un cargo estratégico en las categorías menores de los Bravos. Al año siguiente le encargaron la refacción de los Reales, una obra que llevaba 20 años de abandono. Una fuerza telúrica lo arrastraba hacia Missouri: en su juventud, Moore era un fanático perdido de la novena azul. Remodelar la franquicia era para él una necesidad del alma.   
Como sabía que solo no podría, Moore reclutó a varios de los mejores ejecutivos que lo rodearon en la capital de Georgia. De allá se llevó a J.J Picollo, ahora jefe de personal de las filiales de los Royals y uno de sus principales consejeros. También a René Francisco,  quien se desempeñaba como director de scouteo internacional de los Bravos y que hoy, como uno de los vicepresidentes, es el responsable en Kansas City del programa de detección de prospectos en todo el globo terráqueo. Su unidad tramitó firmas como las de Salvador Pérez y Yordano Ventura.
Moore captó a otros de sus excolegas en Atlanta. Uno de ellos es Gene Watson, su asesor principal cuando de transacciones con otros clubes se trata y quien influyó en el movimiento que llevó a Missouri al jardinero Lorenzo Cain y al campocorto Alcides Escobar. Otro es Lonnie Goldberg, que como director de scouteo amateur fue el encargado de recomendar a jóvenes como Mike Moustakas y Eric Hosmer en el draft universitario. También enroló a Mike Arbuckle, quien tras su paso por los Bravos fue pieza esencial en la firma del núcleo de peloteros que llevaron a los Filis de Filadelfia a disputar dos Series Mundiales seguidas y ganar una. Junto con Arbuckle se fue Jim Fregosi Jr, otro miembro del team de arquitectos del nuevo palacio Real.   
Todos estos personajes estuvieron codo a codo con Moore fertilizando las feraces plantaciones de Atlanta. Y ahora son protagonistas a la sombra del triunfo de los Reales de Kansas City en la Serie Mundial de 2015. Antes de comenzar el clásico otoñal, Moore los reunió para recordar, en una nostálgica tertulia, los ingratos inicios, la campaña de cien derrotas con la cual se estrenaron, los últimos lugares y cómo se las arreglaron para vencer las sombras. “Misión cumplida”, proclamó. Se había honrado la promesa hecha a los propietarios de la organización: hacer que la realeza, tras tres décadas de destierro, recuperara el trono del beisbol.     
        

No hay comentarios:

Publicar un comentario