jueves, 16 de abril de 2015

Blasini renunció a la gerencia deportiva del Magallanes

Carlos Valmore Rodríguez 
Seis temporadas, dos campeonatos seguidos, cuatro finales, cinco playoffs, 203 victorias, 175 derrotas, casi cien importados firmados, doce grandeligas obtenidos en intercambio, cinco mánagers contratados, cuatro series particulares ganadas al Caracas. Esa es, en cifras, la época de Luis Blasini como gerente deportivo de los Navegantes del Magallanes, que ha llegado a su fin.
Él mismo lo dio a entender cuando la galera perdió la final de la campaña 2014-2015. “No sé si regrese”, afirmó el 28 de enero  este tripulante de la nave por casi tres lustros. Y no se irá del todo. “Se mantendrá con nosotros como asesor”, explicó una fuente oficial del equipo. “Lo que pasa es que él tiene proyectos personales que atender y requiere tiempo para ellos”. Blasini explicó que, por compromisos personales, no podrá estar en el puente de mando a tiempo completo. “Entre octubre y noviembre no voy a poder estar en Valencia”, se justificó quien también se desempeñó como secretario de viajes y asistente al presidente.
En principio, nadie lo reemplazará en el cargo porque la gerencia deportiva, como tal, desaparecerá. Sus funciones las reabsorverá la Comisión Deportiva, a la cual Blasini va a asesorar. Él apoyará con sus contactos y relaciones. Y opinará. Se espera que Roberto Ferrari asuma roles de mayor envergadura cuando se produzca la elección de la nueva directiva. Ferrari dijo estar a la orden en caso de que la institución le ofrezca la Presidencia de la Junta Administradora, el más alto cargo de gobierno en el organigrama del club. Ferrari es el único integrante de la actual directiva que se ha mantenido ininterrumpidamente dentro de ella en los últimos veinte años.   
Los Bigleaguers. 
La de Blasini fue la administración de los grandeligas, y más específicamente, de los catchers grandeligas. Mientras estuvo al frente de la gerencia deportiva, la organización obtuvo a Ramón Hernández, a Miguel Montero, a Humberto Quintero, a Francisco Cervelli y, por último, a Jesús Sucre. De ellos, Hernández fue el que rindió mayores dividendos en ese periodo, aunque no como catcher, sino en calidad de inicialista y designado. Como magallanero, el sucrense golpeó para .340 en playoff y fue el Más Valioso de la final en la contienda 2013-2014. Y hubo más bigleaguers. Con Blasini al frente (y Roberto Ferrari como negociador habitual), el Magallanes incorporó a los infielders Andrés Eloy Blanco, Ronny Cedeño, Jonathan Herrera y Alberto Callaspo, así como a los lanzadores Carlos Zambrano, Fernando Nieve y Yusmeiro Petit, un ex magallanero al que recuperó luego de enviarlo a Bravos de Margarita. 

También consiguió, vía canje, a jugadores que, sin ser grandeligas al momento de su llegada, resultaron de gran utilidad para la nao, como el toletero Mario Lisson (quien en enero de 2014 construyó el récord de diez jonrones para el round robin), el relevista Amalio Díaz (3.19 de EFE como filibustero), el patrullero Frank Díaz (de sobresaliente ejecutoria en la 2013-2014) y el taponero zurdo José Mijares (1.71 en su estreno con el club). También llevó futuro a Valencia, en las personas del catcher Tomás Telis y el taponero Bruce Rondón (ambos graduados de grandeligas luego de ser transferidos a La Michelena). No hubo equipo con el cual no hiciera trueque ni año sin movimientos. 

Para hacerse de todas estas figuras, Blasini pagó una elevada tasa de impuesto al lujo. Debió entregar a Ernesto Mejía, Novato del Año, mejor productor y dos veces Jugador Más Valioso con las Águilas del Zulia; a Balbino Fuenmayor, una de las principales atracciones del campeonato anterior con Caribes de Anzoátegui y quien le sonó a los Navegantes un doloroso vuelacerca en la final pasada; a Yusmeiro Petit, quien a su partida del José Bernardo Pérez fue Regreso del Año con Margarita y coronó como refuerzo a los Tigres de Aragua; a Freddy Galvis, hoy por hoy campocorto titular de las Águilas y  los Filis de Filadelfia; a Alex Torres, a la fecha grandeliga y uno de los lanzadores más efectivos de la LVBP desde su llegada al Zulia, con 3.45 de efectividad. Del mismo modo cedió a José Pirela, también bigleaguer, Novato del Año, Guante de Oro y bateador de .303 en cinco torneos con los marabinos.
Hubo rotundos fracasos, como el de Humberto Quintero (que nunca jugó) y el de Fernando Nieve (que pitcheó poco y mal como magallanero). Aún así, durante el ciclo Blasini no hubo una novena más finalista que los Navegantes ni una que le superara en juegos ganados.      
Uno de los grandes aciertos de Blasini fue sumar, sin entregar nada a cambio, al artillero Eliézer Alfonzo, a quien recogió luego de que Caribes de Anzoátegui lo dejara libre. “El Matatán” sacudió 26 jonrones en dos campañas con los eléctricos y  fue esencial en la conquista del cetro de la 2012-2013, el primero que obtuvo la franquicia en once años. Gustavo Chacín, otro jugador que agarró del suelo, ofrendó un nutritivo tributo como miembro de la rotación en esa misma zafra. 

Blasini afrontará nuevos retos. Criticado al punto de que su cabeza llegó a pender de un hilo, logró legitimarse con el “bicampeonato”. 

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