Carlos
Valmore Rodríguez
Lake
Buena Vista
Esta
es la historia de un arrojado joven que pretende volar sin escalas desde clase
A hasta las Grandes Ligas gracias a la tentadora promoción de la Regla V del
draft. Se llama Ender Inciarte, nació hace 22 años en Maracaibo y se encadenó
en el clubhouse principal de los Filis de Filadelfia. "Aquí estoy, disfrutando todos los días,
uno a uno. Es muy bonito esto que vivo", dice el zuliano, rodeado de
bigleaguers cuando hace unos meses solo había aprendices como él a su
alrededor.
Si
permanece arriba, el jardinero ampliará la lista de venezolanos en el circo
máximo, lo que lo llena de alegría. Se quiere quedar y los Filis quieren que se
quede, porque de lo contrario habrán de enviarlo de vuelta a Arizona, a donde pertenecía al ser tomado en
regla V. Si tan solo bateara un poco más....
Porque
la ofensiva es la única duda que hay en la oficina sobre su despliegue
beisbolero. "Al bate no ha rendido como
él puede hacerlo", observa Rubén Amaro Jr, jefe de jefes en la oficina de
los cuáqueros. "Tiene que seguir jugando a ver si ofensivamente puede
llegar a la capacidad de competir aquí". Un reparo del superior que el novato
admite sin complejos ni malacrianzas. "Estoy de acuerdo con el
gerente", declara. "Yo siento que puedo batear mucho más de lo que he
bateado".
Afortunadamente,
le sobran profesores particulares de bateo en este spring training, que van
desde Jimmy Rollins hasta el inmortal Ryne Sandberg. Los dos se han acercado a aconsejarlo,
cosa que lo honra. "Rollins me dijo
unas cosas de robar bases y sobre el bateo, y por eso llego más listo al plato ahora", cuenta el toletero zurdo, que
conecta para .250 en veinte turnos. "Sandberg también me estuvo dando
consejos. Imagínate, una figura tan grande como él pendiente de uno. Por eso yo
trato de impresionarlos, para que sepan que cuentan conmigo. Y me preparo para
que se abra esa puerta porque me gusta mucho este equipo, me he sentido muy
contento de poder compartir con tanta gente y me han tratado muy diferente a
como era en (los Cascabeles de) Arizona. Allá pasaba más desapercibido, ni
siquiera se dieron cuenta. Tuve buen año en 2012 y no me quisieron proteger.
Nunca me trataron mal, pero tampoco estuvieron todo el tiempo pendientes de mí.
Aquí se nota que todos quieren ayudar a los jugadores y están atentos a cada
cosa que hago para seguir desarrollando mis habilidades".
Steve
Henderson, el coach de bateo de los Filis, no le pierde pisada cada vez que
Inciarte se planta en el home, sea en la práctica o durante el juego. El
patrullero de las Águilas del Zulia toma su primera ronda de bateo y algo sale
mal. Henderson se lo advierte. Inciarte corrige sobre la marcha y las líneas
empiezan a salir. Henderson aplaude. Líneas, no rollings, es lo que quiere del
muchacho. Y para darlas necesita arreglar su swing. "Debe
pasar por la zona de strike", explica el veinteañero como el escolar que
ya se aprendió una lección. "En Venezuela muchas veces fallaba con rollings
a segunda y a primera y eso era porque el swing le daba a la bola y salía de la zona
de strike. No tenía esa extensión que hace que la pelota pueda ir con más
contundencia y en línea".
Inciarte,
valga el matiz, ha venido mejorando con el barquillo. En 2010 ligó para .229,
con .284 de porcentaje de embasado, entre clase A corta y clase A media. En
2011 subió a .262 y .333 en clase A media. Y en 2012, entre A media y A fuerte,
se apuntó promedio de .307 y .376 de OBP. "Pero eso fue en ligas
menores", da en el clavo el guardabosques de las Águilas del Zulia, que
atiende a Meridiano en el dugout de visitantes del complejo que los Bravos de
Atlanta alquilan en Disney. "Estos
son coaches de Grandes Ligas y tienen
mucha más experiencia que yo. Y para ser sincero, lo que estoy trabajando me
está gustando mucho".
"Acá
en las mayores se notan pocos errores mentales y físicos", prosigue. "Los
grandeligas pueden ejecutar las jugadas la mayoría de las veces. En las menores
uno falla en mover un corredor. Eso no se ve en las Grandes Ligas. Esas
pequeñas cosas, como cuándo esperar un pitcheo, cuándo ser agresivos. Son muy
inteligentes porque han estado mucho tiempo en este deporte".
Dicen
que la regla V da y quita. Acelera la llegada de un pelotero a las Grandes
Ligas y adelante el natural proceso evolutivo de un prospecto, que de pronto se
ve ante bigleaguers que lo aventajan. Y eso cuando juega, porque suele suceder
que no hay mucho espacio para él en el equipo y es posible que el desarrollo se
interrumpa o se pasme. Inciarte prefiere tomar el riesgo. "Yo todo lo dejo
en manos de Dios", subraya. "Lo que pase conmigo va a ser lo mejor. Y estoy mentalmente preparado
tanto para lo bueno como para lo malo. Yo tengo fe en que voy a hacer el equipo.
No tengo duda de que tendré un buen año porque me he preparado para eso. Muchos
reglas cinco han tenido comienzos como el que yo pueda tener. No enfrentaré
problemas, porque si muchos han pasado por esto yo también tengo que
poder".
Amaro
aún no baja el pulgar. "Todavía está en la lucha. No hemos tomado una
decisión aún", expresa el gerente general. "Cuando le dan chance va a
tener que aprovecharlo". Si es por Inciarte, encantado de la vida. "Yo hace cinco años tuve mi primera
temporada y no me imaginaba dónde podía estar en este tiempo. El año pasado me imaginaba que en este instante estaría con
Arizona en alguna otra liga, pero ni tenía idea de lo que era la regla V. Es
tremendo estar tan cerca de cumplir un sueño y se cumpla o no ahora, sé que lo
voy a cumplir en algún momento, porque me he preparado Y me gustaría
compartirlo con los venezolanos, que me van a ver jugar y que espero me apoyen
desde allá".
Recuadro
Sin
pecados el campo
Rubén
Amaro Jr. reconoce que, a sus 22 años de edad, Inciarte ya es "uno de los
mejores outfielders que tenemos". Para un mozalbete como el zuliano, eso
debería ser el más grande elogio en la historia. Pero no es suficiente para él.
"Nunca soy conformista", se justifica. "Yo no quiero ser
solamente el mejor outfielder del equipo. Quiero ser el mejor de todos los
outfielders. Cada vez que salgo a fildear trato de hacer la mejor jugada, en
cada práctica y en cada juego. Porque es así como uno logra las cosas".
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