CarlosValmore Rodríguez
Lakeland
Fue volver Miguel Cabrera del Clásico Mundial y encender el aspersor en el estadio Joker Merchant, reducto primaveral de los Tigres de Detroit. Regó de líneas la práctica y luego sacó la bola sin transpirar contra un infortunado pitcher universitario que en mala hora topó de frente con el más feroz depredador del beisbol.
El primer toletero triplecoronado en las Grandes Ligas desde hace casi medio siglo regresó al spring training como lo que es: un bateador de etiqueta. Y de impecable frac preside la guía de medios de su equipo. El Más Valioso de la Liga Americana en 2012 quiere verse aún más elegante en 2013."Yo estoy aquí para seguir mejorando. Siempre lo he dicho", asegura el slugger maracayero, que este año cumple su primera década disparando a discreción en las mayores.
Nadie esperaba tan pronto a Cabrera en Lakeland, pero todos, del gerente general para abajo, se regocijaron por su repatriación inmediata. "Comprendo lo del Clásico Mundial, pero es bueno tenerlo de regreso rápido y sano", dijo sardónicamente Dave Dombrowski, el hombre que teje los hilos en Detroit. Austin Jackson, quien le adeuda al venezolano varias de las 103 carreras que anotó el año pasado, mostró su júbilo de manera poco convencional: improvisó con el gigante maracayero, en pleno clubhouse, un combate simulado de lucha libre, que aquí sí tuvo rating. "Dale un beso", le gritó uno de sus camaradas al bicampeón bate del nuevo circuito mientras los gladiadores forcejeaban sobre la alfombra del camerino.
"Da lástima verlo salir del Clásico, pero es bueno tenerlo de vuelta porque es nuestro mejor bateador. Es positivo tener a todo al equipo junto", indicó Jackson, mientras que el relevista Joaquín Benoit todavía goza con el turno que tuvo Cabrera en el CMB contra su compañero de divisa, el bombero dominicano Octavio Dotel. "Dotel no le tiró ni un strike", se burló Benoit, quisqueyano también. "Estamos esperando que llegue para ver qué dice". Prince Fielder, socio del paleador derecho en la mitad del lineup de los campeones de la Liga Americana, no le desea mal a nadie, pero quiere que su negocio prospere. "Sé que quería ganar el Clásico, pero es grandioso que esté de nuevo acá", precisa el cañonero zurdo.
Torii Hunter, que apenas si ha jugado con Cabrera a partir de esta primavera, aguardaba por él para contemplar en primera fila todo su arsenal. Como lo ve Hunter, es asunto de prioridades. "Uno odia ver que perdieran tan rápido, pero lo más importante es lo más importante y eso es ganar la Serie Mundial", deslizó el outfielder de 37 años de edad. "Así que estamos felices de tenerlo de vuelta y crear esa química: saber qué está haciendo, qué le gusta, qué hace, si le agrada que robe cuando él esté bateando, cosas así. Quiero ver cómo jala la pelota, qué pitcheos toma. Será grandioso verlo de cerca".
El soñador
Cabrera, campeón bate, jonronero e impulsor en 2012, encontró todo en su sitio luego de hacer ese violento giro en U desde la tórrida San Juan hasta una helada Lakeland. Ante la fatalidad, resignación. Venezuela fue inhumada en Puerto Rico y ahora son los Tigres su único desvelo. Ha vuelto a la calma, al gradualismo del spring training, que contrasta con la "corredera" del Clásico. "No queríamos volver tan temprano", lamenta el antesalista de los Tigres. "Estábamos preparados para llegar lo más lejos que pudiéramos, pero ya estamos con el equipo otra vez. Ahora, a prepararse para la temporada. Esto es algo diferente, pues estoy tratando de entrar al grupo de nuevo para salir a jugar lo más posible. Ellos están contentos de que estemos de vuelta".
Afirma Cabrera que ir al Clásico no le significó mayor retraso en la marcha hacia el partido inaugural de MLB, que ya se aproxima. "No afectó mi preparación porque estábamos listos para esa competencia", sentencia. "Allá seguimos haciendo nuestra rutina de pesas, de correr, de todo. Ahora ya estoy enfocado en la temporada una vez más".
Una temporada en la que Cabrera va por más. ¿Pero se puede seguir escalando después de ser el primer triplecoronado en las Grandes Ligas en 45 años, ganar el Más Valioso, el Hank Aaron, el Jugador del Año, el Bate de Plata? ¿Qué se hicieron Isaac Newton y su Ley de la Gravitación Universal? ¿No es el Miguel Cabrera del año pasado el tipo de pelotero que él mismo siempre soñó ser? "Todavía sigo soñando", es enfático el maracayero, único venezolano que ha ganado dos títulos de bateo en la gran carpa y el trofeo al Más Valioso de su conferencia. "Quiero seguir jugando muchos años en Grandes Ligas, mantenerme en este juego y ser consistente. Quisiera seguir haciendo eso y no dejar de soñar para tener una buena carrera. No sé si voy a jugar hasta los 40 o los 45. Uno solo vive año a año, día a día. Mientras Dios me dé vida y salud espero continuar en el terreno. Yo pienso que esa es la clave de este juego, tratar de mejorar a la defensiva y a la ofensiva y buscar la manera de ayudar al equipo a ganar".
Con Cabrera, todo es posible
A sus compañeros en los Tigres no les sorprendería que Miguel Cabrera eleve más la vara. "Es muy posible porque es un triple coronado. Si alguien puede mejorar es un triple coronado", asevera Prince Fielder con dejo de admiración. "Es un gran jugador y todavía es joven, así que creo que puede mejorar, así sea difícil de creer". "Es tan buen bateador que puede crecer cada año", añade Torii Hunter. "Si (Austin) Jackson y yo estamos en base posiblemente pueda tener un año superior. El muchacho puede batear, todos lo sabemos. Me gusta eso de que quiere mejorar año a año sin importar lo que hizo la temporada anterior". Para Austin Jackson, ese constante deseo de superación es lo que hace de Miguel Cabrera el súper bateador que es. "Yo creo que uno debe tener esa mentalidad", lo pone Jackson de ejemplo. "No quieres retroceder, quieres mejorar, y creo que eso es parte de lo que lo hace tan bueno. Nunca está satisfecho a pesar de lo bueno que es".
"Sería una cosa injusta si bateara más de lo que ya batea", ironizó el infielder Johnny Peralta. "Mejor de lo que es yo creo que es imposible, porque es uno de los mejores que he visto en la pelota. Aunque sí puede subir más su average. Es un toletero completo y no tiene que importarle si batea más o menos".
El mánager Jim Leyland no necesita un Cabrera mejor. Con el de 2012 se sirve y se da el vuelto. "¿Puede mejorar? No lo sé", dice. "Si batea cuatro puntos menos con cuatro jonrones menos ¿le fue peor? No lo vemos así. Si da un poco más y gana la Triple Corona, eso sería muy difícil. Creo que algunas veces pones la vara muy alta. Hay que entender la realidad de todo esto: lo que hizo es muy difícil de lograr".
Tan difícil como hacer todo lo conseguido por Miguel Cabrera sin haber cumplido los 30 años de edad. "Es impresionante. No escuchas mucho esos casos", comenta Hunter, quien habla por experiencia propia. "Mucha gente pasa años sin ir a la Serie Mundial. Esta será mi 17ma temporada y nunca he ido. Él sabe lo que se necesita, es un tipo súper talentoso y quiero ver cómo es esto de jugar con él. Sé que tiene ese espíritu ganador".
Pero si algo descompone al jonronero venezolano es que le pregunten por la dimensión histórica de sus números. "No es tiempo de sentarse a ver todo lo que uno ha hecho", expone. "Yo estoy aquí para seguir mejorando, siempre lo he dicho. Para tratar de ayudar a mi equipo a ganar. En eso es en lo que estoy más enfocado yo. Al final de la carrera uno verá lo que se hizo, pero yo lo que busco es consistencia para ganar. No estoy aquí para ver números personales, lo que uno hace individualmente. Este no es un juego de una sola persona, sino un deporte colectivo".
Por eso, hacer una retrospectiva hacia el novatico que ganó la Serie Mundial de 2003 desde el pedestal de 2013 es inoficioso para él. "Yo no pienso en nada de eso ahorita", reitera. "Estoy enfocado en jugar mi pelota e ir al terreno de juego. No vivo de cómo estaba yo hace diez años, sino cómo es el presente para tratar de hacer mi trabajo. No tengo tiempo para pensar en ese tipo de cosas, solo para ir al terreno a ayudar a mi equipo. Eso me mantiene enfocado".
Pero aunque él no quiera reparar en esas vistas panorámicas, su entorno sí lo hace. "Es impresionante", piensa Austin Jackson. "Es uno de los mejores y creo que seguirá mejorando. Vive sorprendiendo gente, aunque no a nosotros, porque sabemos de qué es capaz. Creo que otra de las cosas que lo hace tan bueno es que no se mete en slumps por mucho tiempo. Un par de juegos y ese ajusta. Por eso es quien es".
"Espero que todo nos salga mejor que el año pasado", prepara Cabrera la percha para lo que promete ser la gran gala de 2013. Otra más.
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