lunes, 4 de marzo de 2013

El Gocho:el hombre a seguir


Carlos Valmore Rodríguez
Port Saint Lucie
Los Mets de Nueva York han cambiado radicalmente desde la llegada de Johan Santana hasta nuestros días. Aquel equipo millonario, contendor, con más estrellas que en el cielo, pero fracasado a fin de cuentas, fue desmontado por Sandy Alderson desde la gerencia general y construido de nuevo con materia prima nueva. Tipos como Santana y David Wright son los únicos vestigios de aquel estacionamiento de limosinas. Luego son los líderes naturales de los jóvenes en gestación.

" Yo tengo tiempo aquí y sé que tenemos un buen grupo de peloteros jóvenes",  admite Wright  la situación.  "Johan y yo, espero, podemos ser buenos líderes para ellos. Depende de nosotros dos tratar de proveerlos de esa veteranía y ese liderazgo y liderar con el ejemplo".  Por eso, dice el zurdo Pedro Feliciano, es valiosísimo el espíritu festivo con el que Santana ha tomado su lenta  recuperación.  "El novato sigue al veterano", es la consigna del bombero boricua. "Si decaemos, el novato se da cuenta. En cambio así, tendrán que decir: si él, que lleva tanto tiempo, trabaja así, yo con más razón debo hacerlo. Y así crece más rápido".

Es evidente que Santana es la osa mayor de los aprendices de los Mets.  "Es una persona que ha pasado por muchas cosas, entre ellas ser el único del pueblo en el que nació que pudo triunfar en el beisbol", opina el infielder dominicano Jordany Valdespín, que era menor de edad cuando El Gocho ganó su primer Cy Young, en 2004.  "Para mí es un gran ser humano. A través de él he aprendido cosas del beisbol de las Grandes Ligas que no sabía. Él es veterano, sabe lo que el pelotero joven debe hacer. Si no sabes algo, o quieres hacer algo, le preguntas: ¿puedo hacer esto? Él te dice las consecuencias de que lo hagas, o no lo hagas y lo que va a pasar.  Uno le agradece a personas como él, que han pasado por tantas dificultades para conseguir todo lo que  han deseado.  Para mí es más que un líder. Es la figura de los pitchers, la que representa al equipo".

Wilmer Flores, paisano de Santana y que irá a ligas menores al término del spring training, siente suficiente confianza con el as del club como para hacerle preguntas en pleno juego de pretemporada. "Yo le pregunto durante el partido qué lanzaría él en esta situación, qué cree él que el bateador está buscando. Son cosas pequeñas, pero grandes a la larga. Santana es un tipo humilde a pesar de ser una súper estrella. Siempre nos ayuda en todo lo que necesitamos. Es un guerrero pitcheando y por eso es tan bueno".

"Nadie aquí te puede hablar mal de Santana", complementa el mirandino Wilfredo Tovar, infielder que en Venezuela milita en los Navegantes del Magallanes, precisamente el equipo nacional del astro andino.  "Le tengo respeto porque es humilde y te dice las cosas. Es como un líder. Trabaja fuerte, siempre habla con todo el mundo. Echa broma y a la vez es serio. Tu lo  ves y dices: oh, Santana".  

Santana, a sus casi 34 años de edad (los cumple esta primavera) entiende su rol de tutor como algo natural. "Aquí hay muchachos con disposición a hacer las cosas bien. Yo les digo los bebés",  cuenta el zurdo. "Primero Rubén Tejada, que era bebé. Ahora Tovar y Flores. Con Tovar si estoy a la altura (es bastante bajito), pero Flores es un bebé más grande que uno. Estos muchachos (los venezolanos) están aprendiendo, viendo cómo son las cosas, ajustando. Lo importante es que saquen provecho. Son muy tranquilos. Ni los ves, ni los escuchas, pero quieren hacer las cosas bien. Ahora están en todos los viajes del equipo y eso es parte del proceso. Ojalá que nos representen bien".

"Son muchachos con hambre, que quieren estar allí",  se explaya. "La mezcla de juventud y experiencia es perfecta. Si las pones juntas, hay muchas posibilidades de tener éxito. El equipo ha cambiado mucho, es verdad. Pero lo más importante es que se ha fortalecido desde abajo, desde las ligas menores. Eso es lo que va a ayudar a que este equipo tenga éxito. Cuando alguien con experiencia se lesione podrá ser remplazado por un joven que viene bajo el mismo sistema. Eso no lo había aquí antes. Cuando un pelotero se lesionaba  no había forma de sustituirlo y la cosa se complicaba. ¿Qué va a pasar ahora? Eso no lo sé, pero lo importante es que se aprenda al máximo. Algunos peloteros ya van mostrando esa experiencia, uno la va viendo. Esperemos que este año eso haga diferencia".

El ambiente, claro está, es diferente en relación a cuando los astros iluminaban el clubhouse. "Anteriormente todo el mundo compartía y estaba todo bien", apostilla. "Hoy en día estamos en un rol como de mentores, enseñando, pero al mismo tiempo es bueno cuando ves a jóvenes preguntando porque de verdad quieren saber cómo son las cosas y mejorar. Es interesante y estoy súper contento con eso. Aquí somos un equipo y todo el tiempo uno aprende algo. No lo asumo como una responsabilidad. Somos compañeros, estamos en esto juntos y lo queremos hacer de la mejor manera. Uno quiere compartir lo que uno sabe porque el éxito de ellos es el éxito de uno y el éxito de uno es el éxito de ellos".

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