Carlos
Valmore Rodríguez
Peoria
Jesús
Montero, catcher de los Marineros de Seattle, llama a los envíos de Félix
Hernández "los pitcheos invisibles". Y en verdad lo fueron hace dos
noches para los Padres de San Diego. En seis entradas de labor, "El
Rey" hizo su voluntad: nada de carreras, dos hits, cero boletos, nueve
ponches, seis de ellos seguidos. Retiró a los últimos doce bateadores para
deleite de su corte, que fue a acompañar a su Soberano a Peoria, pabellón de primavera del joven y adinerado
monarca . "Me sentí bastante
cómodo. Estoy fuerte. Ya me siento listo para la temporada", anunció Su
Majestad.
Si
tiene alguna molestia en el codo, como se ha regado a través de algunos medios,
lo disimuló bastante bien. Aquellos ya
no eran envíos de spring training. Eran disparos de temporada de Grandes Ligas.
La recta, potente, "más rápida que en la primavera pasada", acota Jesús Sucre, otro de los caretas nativos
de Seattle. El cambio, implacable,
dejándose caer frente al home para desairar al enemigo. La curva, indetectable.
Aquello era un sinfonía de pitcheo. "La curva, el cambio, el slider. Todos
los está lanzando en strike", precisa Sucre, que ha recibido algunos de
sus tiros en el simulacro de marzo. El
miércoles, Hernández saldrá de nuevo de caza para su última incursión antes de
volver a Palacio, el Safeco Field, para su quinto Opening Day consecutivo.
"No
importa que sea spring training. Para mí, todas las salidas son
importantes", cuenta Hernández después de su audiencia, con el hombro
tapiado bajo un alud de vendas mientras
un aparato le masajea su brazo de 175 millones de dólares. "Los pitcheos
estaban trabajando. Cada salida uno se siente mejor y mejor para estar
preparado para la temporada".
Jesús
Montero, que será su catcher la mayor parte del tiempo, ha pasado revista por
todos los envíos de Hernández y los considera a punto para la jornada inaugural
del primero de abril en el Coliseo de Oakland. "Está perfecto. Félix
siempre es Félix", complementa el máscara de los Marineros. "Es un
ganador y ha lanzado muy bien. Hace unos días le recibí y solo le hicieron una
carrera. Abrió contra Kansas City y también le hicieron una sola carrera. Está
bien. Los suyos son siempre pitcheos de Grandes Ligas. Son pitcheos invisibles,
porque nadie puede darles. Es increíble. Tiene un talento especial. Su cambio
es lo mejor. Lo tira a noventa millas y se cae a mitad de home".
El
Rey está contento con su recta. "La estaba localizando bastante
bien", considera el diestro de Flor Amarillo, estado Carabobo.
"Cuando mi recta está en la zona de strike, cuando la puedo localizar,
cuando la puedo poner donde quiero, mis pitcheos quebrados funcionan mejor. Eso
es lo que me ayuda a mí".
Con
esos seis sólidos innings del viernes, Hernández superó los 15 en la primavera.
Y espera despedirse dentro de cuatro días con noventa o cien lanzamientos. Para
él, es suficiente calistenia. "Así ha sido en los últimos tres
entrenamientos", precisa el autor de un juego perfecto en 2012.
"Vengo de trabajar cuatro innings en las menores. Ahora lancé seis. Lo que
quiero en mi última salida es seguir en lo mismo que en esta: localizar mis
pitcheos, tratar de estar bajito en la zona, colocarme encima de los
bateadores".
Será
2013 una temporada en la cual Félix Hernández intentará volver a esas
efectividades por debajo de 3.00 que lo hicieron el segundo venezolano en ganar
un Cy Young. En 2010, cuando obtuvo el galardón, su EFE se detuvo en 2.27. Pero
en 2011 se elevó a 3.47. En 2012 cerró en 3.06 en buena medida a causa de un
terrible septiembre en el que tuvo una tasa de 6.62 carreras limpias por cada
nueve tramos recorridos. Eso a pesar de que tanto en 2011 como en 2012 tuvo un
mejor índice de ponches por cada nueve innings y de boletos cada nueve
actos. Los súbditos piden mano dura
contra los bateadores y Hernández escucha a su pueblo. "Si están
acostumbrados a eso, eso es lo que van a ver", lanza el carabobeño.
"Le voy a demostrar a mucha gente lo que soy capaz de hacer".
"No
creo que haya mucho que corregir", defiende su gestión el monarca.
"Lo que pasa es que yo soy un pitcher que siempre se mantiene en la zona,
porque de verdad que no me gusta dar bases por bolas, que son una perturbación
en el trabajo de un pitcher al colocarse gente en base que luego anota con un
batazo. Siempre va a haber hits, siempre va a haber pitcheos buenos que los
bateadores conectan, pero lo que hay que hacer es seguir lanzando así".
Sobre
todo ahora, cuando el contrato por siete años y 175 millones de dólares lo
hacen el serpentinero mejor remunerado de las mayores. La población, y el
equipo, exigen resultados que justifiquen la inversión, pero Hernández no se
dejará achicopalar por las presiones externas. Este acuerdo no es para él un
motivo de tensión, sino de seguridad y confort. "Yo nunca voy a cambiar mi
forma de pitchear", enfatiza. "Estoy feliz porque logré lo que yo
quería, que era quedarme en Seattle, un equipo que me encanta. A mí siempre me
han puesto bastante presión. Siempre ha sido así. Yo eso no lo tomo en cuenta.
voy a ser el mismo pitcher de siempre. Saludable,
puedo hacer muchas cosas, y por eso mi meta es estar sano. La gente ya ha visto
muchas cosas de mí, pero siempre sale algo nuevo por hacer, alguna cosita.
Veremos qué pasa este año".
Recuadro
Los
playoffs están más cerca
Félix
Hernández ya ganó un Cy Young, tiró un juego perfecto y ningún pitcher gana más
dinero que él. Es bastante a los 27 años de edad. Pero al as de los Marineros,
un pitcher de competencia, le falta una postemporada, el escenario principal,
el horario prime time. Durante su estadía en el estado de Washington, los
playoffs han estado tan lejos de los
Marineros como Seattle de todo el resto de Estados Unidos. El venezolano piensa
que la espera no se prolongará mucho más. "Estamos cerca, bien cerca. Hay
que tener un poquito de paciencia", declara. "Aquí hay mucho talento.
Hay mejor ofensiva. Ya los jóvenes jugaron un año completo en Grandes Ligas y
tienen más experiencia, saben lo que tienen que hacer. Con Michael Morse, Raúl
Ibáñez y El Guti (Franklin Gutiérrez) sano creo que vamos a hacer mejor papel
este año".
Recuadro
La
pared no le preocupa
Este
año, Safeco Field será un estadio menos condescendiente con los lanzadores. El
muro del left-center fue arrimado cinco metros hacia el home. Antes estaba a
390 pies del plato y ahora queda a 378 pies. En el center lo aproximaron de 409
a 405. A Hernández le encogieron su palacio, aunque él asegura que las nuevas
dimensiones no condicionarán su manera de trabajar en casa. "No creo que
cambie en nada", afirma. Nosotros pitcheamos afuera, hemos lanzado en
estadios bastante pequeños y hemos hecho el trabajo. No me preocupa para nada.
Solo trataré de mantener la pelota bajita y hacer buenos pitcheos".
El
heredero de Dennis
En
días recientes, Dennis Martínez, el pitcher latinoamericano con más triunfos en
las Grandes Ligas, declaró a Meridiano que el pitcher con más posibilidades de
atrapar la marca era precisamente Félix Hernández, que está a dos lauros de la
centena. "Es un honor escuchar eso de parte de él, aunque no me pongo eso
en mente", responde el escopetero. "Solo trato de salir en cada juego
a dar lo mejor de mí".
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