Carlos Valmore Rodríguez
Elvis Andrus quiere ser para el prospecto curazoleño
Jurickson Profar lo que Omar Vizquel fue para él: un orientador, un preceptor,
un consejero que lo tomó de la mano en el nacimiento de su carrera. Lo hizo la
temporada pasada y continuó con esa misión durante el spring training de 2013.
Que Vizquel, con más de cuarenta años de edad y once Guantes de Oro en el saco
fuese un ductor resultaba natural. Andrus solo tiene 24 abriles, cinco más que
su alumno, que hoy aprende en las menores. “No necesitas tener 50 años para
enseñar algo”, comentó el torpedero venezolano.
Andrus desplegó toda su pedagogía en la primavera. El
shortstop de los Rangers de Texas aprovechaba las prácticas para aleccionar a
Profar, de apenas 19 almanaques. “Hay que reducir el margen de error”, le decía
mientras tomaban rollings. “Usa la
pierna derecha para impulsarte, mantente bajito”. Todo el tiempo le enseñaba
algo. “Para que le quede en el
disco duro”, decía el criollo satisfecho.
A los compañeros de Andrus, la mayoría mayores que él, no les sorprende
que el aragüeño sea la voz de la experiencia para Profar, pese a su propia
juventud. “No importa la edad, sino la experiencia que tiene”, comentó el
antesalista Adrián Beltré, una de las estrellas de los Rangers. “Lleva ya cuatro años en las Grandes
Ligas y ha vivido cosas que otros, que tienen 30 años, no han vivido. Ha estado
en dos series mundiales, en situaciones de presión. Y la experiencia es vital para hacer el trabajo. Teniendo
un joven como Profar, que tiene 20 años (19), Elvis puede ser un mentor de él,
enseñarle sus conocimientos para que Profar los use y sea mejor jugador”.
“Él tuvo el privilegio de llegar a las Grandes Ligas a
temprana edad y desempeñarse bien”, observó el patrullero dominicano Nelson
Cruz. “Tiene dos Series Mundiales,
ha estado al lado de jugadores como Beltré, Vizquel, Michael Young. Eso te
enseña, aprendes situaciones del juego. Es especial que alguien con su juventud
pueda enseñarle a otro joven, como Profar. Elvis es joven, pero en cuanto a
juego es uno de los peloteros que tienen más respeto al beisbol y hace lo que
tiene que hacer dentro del terreno”.
Durante su paso por el spring training, el venezolano
Yangervis Solarte percibió de inmediato que Andrus está adelantado a su edad.
“No parece que tuviera la misma que uno”, reconoció. “Siempre está hablando
contigo, dándote consejos. Eso es lo de él: hablar todo el tiempo con los
compañeros, darle recomendaciones a los más jóvenes”.
A Andrus eso le resulta natural. “Es parte de mi
personalidad”, justifica. “Profar
y Leury García siempre me han preguntado cómo hacer ciertas jugadas, cómo
hacerlas más fáciles. A mí me encanta ayudar a los jóvenes como me ayudó a mí
Omar en mi primer año. Me gusta ser ese mentor para ellos, enseñar lo poquito
que he aprendido, lo que he vivido en mi carrera. Darles ese consejo para que
ellos no pasen por tantas dificultades. Profar es tremendo pelotero. Tiene
mucho talento, escucha bastante y tiene un gran futuro por delante. Lo que necesita
es seguir jugando y demostrarse a sí mismo, no al resto de las personas, que
está listo”.
Profar lo escuchaba atentamente. “Me ha enseñado mucho,
aunque es joven también”, agradeció. “Me ha dado muchos consejos sobre cómo
fildear la bola, de los rollings, de los ángulos, de todo lo que él sabe. Sus
consejos son buenísimos para que uno sea mejor. Eso es algo bueno que tiene
él. No es un veterano, pero para
mí sí lo es”.
Que Andrus se conduzca de esa manera no es azar, sino un
condicionamiento de crianza. En su infancia no frecuentaba a sus coetáneos,
sino a sus hermanos mayores y los amigos de ellos. Por eso creció más rápido. “Eso
viene desde pequeño”, contó. “Estar siempre con personas de mucha más edad que
yo me ayudó a madurar un poquito más rápido.” Beltré, su vecino en el lado izquierdo del infield de los
Rangers, lo ha visto crecer. “Año tras año va madurando más”, enfatizó el
toletero derecho. “Cada vez tiene mejor idea de lo que está haciendo”. Nelson Cruz lo refrendó: “es mucho más
adulto”.
Y un adulto seguro de sí mismo. Enseñándole sus trucos a
Profar, Andrus probó su superioridad. Lo adoptó a pesar de que tantas veces se
dijo que los Rangers estaban preparando a Profar para reemplazarlo, hasta que vino
el contrato multianual de Andrus que puso la mesa en su santo lugar. “Alguien
como Andrus no ve a Profar como un competidor, si acaso como un reemplazo. Ahí,
él mostró su seguridad en sí mismo”, intervino Solarte. “Él sabe perfectamente
quién es, lo que vale. Si hubiera visto a Profar como un competidor por el
puesto, pues cada quien hace lo suyo. Pero Andrus sabe que es una estrella, que
lo más que puede pasar es que lo cambien y sea titular en el equipo a donde vaya”. Al mánager Ron Washington hasta le hizo
gracia que un periodista le preguntara si Andrus se sentía presionado por
Profar. “Profar presiona a Elvis.
Jajajajajjajajajaja”, casi se
burló el piloto. “Elvis es un All Star y no creo que lo presione. Ni siquiera
creo que Elvis piense en eso. Tú pensaste eso”.
“El egoísmo es difícil de ver en jugadores de categoría”,
reflexionó al respecto Nelson Cruz.
“Cuando conoces tu talento, el egoísmo no existe, porque sabes lo que
puedes hacer, aquí y en cualquier lado. Él lo hace como a él le enseñaron. Es una regla en Grandes Ligas”. Andrus
lo resumió en un: “aquí estamos para ayudarnos”.
“Siempre me ha gustado ayudar a mis compañeros”,
comentó. “Soy de esas personas que
motivan, que le dan chispa al equipo. Son características que tengo, que no he
buscado, sino que salen naturalmente. Espero seguir evolucionando y creo que
ser líder es muy importante”.
“Elvis se entrega al equipo”, apuntó Adrián Beltré. “Y hace lo que haga falta para
ganar”.
Ser campeón en Venezuela con el Magallanes en la temporada
2012-2013 consolidó esa madurez y esa seguridad de la que hemos venido
hablando. “Se me había metido en la cabeza jugar finales y no ganarlas, así que
lograr esa victoria en Venezuela me ayudó muchísimo”, manifestó. “Te ayuda a
tomar decisiones. Estoy feliz por ese campeonato con Magallanes, que era una de
mis metas para hacer feliz a la fanaticada”.
A sus 24 años, Andrus ha vivido mucho, y le queda más
todavía por vivir. “El año pasado tuvo una buena campaña”, recordó Beltré. “Lo
hizo muy bien en el entrenamiento y tiene buena base. Es un jugador
consistente. Sabemos que será un jugador muy bueno”.
“Sigo mejorando”, dijo Andrus. “Sé que me faltan muchas
cosas por aprender y en verdad me siento en un buen punto de mi carrera”.
Nota secundaria
Misión agresividad
A pesar de ser uno de los peloteros más joviales de los
Rangers, la palabra agresividad está muy marcada en su glosario beisbolero.
Sobre todo en el bateo, donde espera superar sus dígitos de 2012. “Tiene más
fuerza que en año anteriores. Tiene más poder en sus conexiones”, observó el
jardinero Nelson Cruz, que le pega fuerte como pocos a la pobre pelota.
Sobre todo este año, cuando llegó un nuevo coach de bateo a
los Rangers: Dave Magadan. A Andrus le gustó su prédica: ir a buscar la bola y
pegarle sin miramientos, siempre y cuando venga en strike. “Me gusta mucho su
teoría, que es ser agresivo en el home y al mismo tiempo agarrar
pitcheos”, expresó Andrus. “Ir al
plato con la mentalidad de darle a la bola bien, de hacer buen swing. Él tiene
la mentalidad de hacer swing desde el primer pitcheo hasta que sea bola. Eso es
lo que él me enseña. No ir buscar
una base por bolas, sino salir agresivo. Si al final del turno sale un boleto,
pues se toma. Él sabe que hay turnos en los que hay que ser más agresivo que en
otros y eso es lo que él quiere que uno aprenda”.
Pero cuidado. Andrus ha venido aumentando su cifra de
boletos y eso le ha permitido elevar no solo su porcentaje de embasado, sino
también su promedio. No le ha ido mal siendo paciente. “Ser agresivo no te
quita el derecho a agarrar una base por bolas”, aclaró el torpedero. “Eso es
parte del juego y nunca lo voy a cambiar. Pero con gente en base, cuando sabes
que viene una recta por el medio, debes ser agresivo, no tratar de empujar la
bola hacia el otro lado, no tratar de buscar un hit, enfocarse en buscar
conectar por los pasillos. La meta
para este año es batear .300, dar más dobles, más extrabases. robar más
bases. Creo que he llegado a mis
condiciones máximas”. Por ahora,
el arranque es lento: .224 de average en 58 turnos. “Mi swing ha evolucionado
muchísimo y en eso sigo trabajando”, detalló. “He aprendido a soltar las manos.
Antes cortaba mucho el swing y ahora lo que estoy tratando es de lograr un
swing más libre, sin tantas interrupciones ni paradas, que sea un swing más
natural. En los últimos dos años he aprendido bastante”.
No ha cometido
errores al campo, y esa es otra meta de Andrus, que cometió 79 pecados en sus
primeros cuatro años en las mayores.
“Seguir bajando los errores
es uno de mis propósitos”, dijo.
“La mayor parte de los errores en tiro tienen que ver con la posición en los
pies. Cuando uno tiene sus pies en buena posición el tiro casi siempre sale
bien. Cuando lanzas hacia arriba, desviado, es porque los pies no están
colocados de la manera correcta. Tienes que saber colocar tus pies en todo tipo
de rollings”.
Y la agresividad vuelve a aparecer en su discurso, ahora en
el plano defensivo. Es ella la que lo lleva a buscar rodados hasta en el último
confín e intentar hacer el out. Y claro, en esas, yerra. “Nunca voy a dejar de
ser agresivo y tratar de agarrar la mayor cantidad de rollings”, prometió. “Mis errores han sido más que todo en
jugadas de rutina, en los lances a primera. Esa es la parte de mi juego que
trato de consolidar: los tiros a primera, concentrarme más en los rollings de
rutina, que, aunque la gente no lo crea,
son los más difíciles. No entiendo porqué, pero así es. A unos se les hace más
difícil que a otros hacer las de rutina. Las jugadas al hueco, de cabeza, son
de reacción”.
Recuadro
A robar se ha dicho
En 2012, por primera vez en su corta carrera, Elvis Andrus
robó menos de treinta bases. Él lo atribuye a que lo vigilaron más. “Hay que ser
inteligente”, mencionó. “El año pasado todo el mundo sabía lo agresivo que era
no solamente yo, sino todo el equipo, y por eso estaban más pendientes de uno.
Lanzaban más a las bases, estaban más pendientes, el tiempo (de los pitchers)
para home era más corto”.
No obstante, busca retornar al mundo del delito. Y cree que
Lance Berkman será su cómplice. “Este año será clave tener detrás en la
alineación a Lance Berkman”, explicó. “Es muy selectivo, a diferencia de Josh Hamilton, que era muy
agresivo y casi siempre hacía swing al primer pitcheo y casi nunca me daba
chance de robarme una base. Lance es muy, muy selectivo y coge muchísimas bases
por bolas y me va a dar más chance de robar. Eso es muy importante para mí”.
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