Carlos
Valmore Rodríguez
Minneapolis
Ni
cuando batea de 5-0, Miguel Cabrera se va en blanco. Aunque el boxscore del juego de ayer dice que falló
en todos sus turnos y que cometió un
error al campo, el Más Valioso de la Liga Americana en 2012 le echó piernas
para vencer. Corriendo a más no poder remolcó la primera carrera de los Tigres
de Detroit en 2013 y anotó la segunda.
Ese
par de rayitas hicieron diferencia en el triunfo (4-2) de Justin Verlander sobre
los Mellizos de Minnesota, con el cual los actuales campeones de la Liga
Americana iniciaron como se debe su tránsito por la presente campaña.
Fueron
tres rollings al campocorto y dos abanicados para el triplecoronado venezolano.
Eso dice la libreta. El juego maneja otra versión. Cierto, con dos en bases sin
outs en el primer inning, Cabrera solo pudo rodarla por el torpedero Pedro
Florimón, que con la conexión de frente y el corpulento venezolano viajando
hacia primera parecía tener un dobleplay hecho y envuelto para regalo. Florimón
forzó en segunda a Torii Hunter, solo que Cabrera le ganó al tiro a la inicial.
Eso valió, no porque se engomara Austin Jackson desde tercera, que igual lo iba
a hacer, sino porque luego Prince Fielder, con un lineazo por la izquierda ante
el abridor Vance Worley, mandó a Cabrera para la goma con el 2-0. Con la
doblematanza, el daño hubiera sido menor. "Con las pequeñas cosas se ganan
los juegos", aseguró luego del compromiso el antesalista de los actuales
campeones de la Liga Americana.
Sin
garrotazos de 400 pies ni líneas silbantes entre dos, Miguel Cabrera
contribuyó. Y eso es lo que cuenta para él.
"Con un hit aquí y otro allá se pudo conseguir el objetivo. No hubo
necesidad del doble ni del jonrón para ganarles. Hoy la ofensiva no resaltó
como estaba pronosticado que lo hiciera, pero haciendo este tipo de cosas se
ganan estos partidos, que son muy importantes porque el abridor de nosotros
solo fue hasta cinco innings", detalló Cabrera, quien tuvo que hacer ese
sprint a primera con un clima en punto de congelación. "Jugamos con un
clima bastante difícil", reconoció. "Pero mientras puedas hacer
carreras temprano en el juego es mejor para ti y para el pitcher abridor, más
cuando ese abridor es Verlander".
El primer hit de Cabrera en la temporada pudo
haber llegado en la tercera entrada. Con Torii Hunter en segunda por doble, el
criollo sonó un saltarín al hueco que Florimón logró alcanzar y transformar en
out de forma muy lucida. Se llevó los aplausos del Target Field. Luego el
slugger nativo dio otro arrastrado, pero de frente a Florimón en el quinto acto
y terminó ponchado, tras un largo turno, en el sexto. Ya en el noveno, sí que
fue guillotinado con facilidad. "Con o sin hit, pudimos ganar un buen
partido. Esperemos que en los próximos juegos podamos responder con mayor
efectividad", replicó el maracayero.
No
fue un partido fácil para Cabrera a la defensa. Aparte de cometer un error (a
él no le pareció la anotación) tuvo que lidiar con el tremendo frío de
Minneapolis. Se vio obligado a colocarse un pasamontañas que le cubriera la
boca y las orejas. "No me pareció error, pero estaba el número uno de
nosotros pitcheando y cada jugada cerca siempre la van a cuestionar",
declaró. "Pero así es la pelota. Estamos aquí para hacer los ajustes y
ahora trataremos de agarrar los rollings más hacia adelante sin tratar de
lanzarme la pelota, que fue lo que quise hacer para poder tirar. Ahí fue cuando
cometí el error". Con el pasar de las horas, el frío aumentó y por eso
buscó protección. "Hice todo lo posible por mantenerme caliente, pero era
imposible: con cada inning hacía más frío", dijo. "Es difícil jugar
con esta temperatura y por eso tenemos que darnos crédito todos. Jugamos duro y
pudimos ganar".
Víctor
Martínez tuvo su primer partido en Grandes Ligas desde el 28 de septiembre de
2011. Eso es lo sustantivo, no su línea sin hits en tres viajes como designado
y quinto en la formación de Jim Leyland.
Omar
Infante fue el hombre más destacado entre los criollos de Detroit. En el
segundo episodio dejó caer una línea al bosque izquierdo que amparó hasta el
hogar a Johnny Peralta con la tercera rayita de los Tigres. Luego, en el cuarto
tramo, se anotó otro indiscutible al left. El guanteño quiere batear .300 este
año y comenzó auspiciosamente su camino. "Estoy contento con este buen
comienzo", dijo el oriental, que se fue de 4-2. "En el primer inning
sabía que me iban a venir con recta, le dejaron en el medio y aproveché. En el
siguiente turno me volvieron a tirar recta. Ojalá que pueda seguir así".
Para Cabrera, es muy importante el aporte que hizo Infante desde la última
casilla del lineup. "Ellos, la toletería que viene atrás, van a ser clave.
Y respondieron hoy", finalizó.
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