Carlos
Valmore Rodríguez
En 1945,
Venezuela repitió como asiento de una Serie Mundial de Beisbol Amateur con poco
de mundial y demasiado de amateur.
Con el
prolongado aislacionismo estadounidense, y el desaire de Cuba, República
Dominicana, México y Puerto Rico, Venezuela la llevaba robada, pero en serio.
“Tenemos la seguridad de que nuestro team es muy superior”, escribió una
obviedad el columnista Martín Fierro en las páginas de El Nacional. El primer
torneo de la postguerra devolvía al país al nido Bolivariano y Centroamericano
abandonado un lustro atrás. Otra vez Colombia, El Salvador, Costa Rica, materia
vista y aprobada. Era como preguntarle a un ingeniero las tablas de multiplicar
o a un filólogo cuándo acentuar las esdrújulas.
Los
defensores del cetro, comandados de nuevo por José Antonio Casanova, contaban
seis bicampeones del mundo: Héctor Benítez “Redondo”, Luis Romero Petit,
Guillermo Vento, Enrique Fonseca, Ramón “Dumbo” Fernández y Julio Bracho. Otros
seis ascendieron al trono por primera vez en Caracas 1944: Antonio Bríñez, Adolfredo González, Luis “El Mono” Zuloaga,
Eduardo “Churupa” Pérez, Valentín Arévalo y Víctor García. Y entre los
debutantes se hallaba el cachorro alfa de la pelota local: Alfonso Carrasquel.
A estos leones le sirvieron de entrada un pichón como Costa Rica, desclasado de
la sociedad beisbolera y que pagaba el noviciado en torneos de esta índole. En
código fútbol, Brasil contras las islas Feroe. Los ticos fueron triturados 11-1
por las fieras mientras 15 mil almas bajaban el pulgar en el coso de San Agustín.
No todo
sería solaz. Colombia forcejeó. Ya había planteado un diálogo entre iguales el
año anterior y ahora exigió respeto en la derrota (3-0.) Los protagonistas
resultaron Valentín Arévalo, con blanqueo, y Benítez “Redondo”, con doble
productor de dos.
Tocó
Panamá, que le arrugó el estreno a los locales en 1944 y único entre los
presentes capaz de echar una vaina. Casi la echó. Luego de un episodio
inicial de dos carreras, Venezuela fue forzada a un silencio de claustro
por el tirador canaleño Astor Cupidan, que colgó 14 ceros al hilo mientras su
toletería le daba alcance a los criollos. No bastaron 9 entradas, tampoco 15,
para quebrar la obstinada voluntad de lucha de los istmeños, que consiguieron
un inaudito empate. Conque la tabla de multiplicar, ¿no? Bien,
Venezuela se enredó con la del nueve.
Para el
público resultaba inadmisible que los amos del planeta tuvieran que transpirar
profusamente contra rivales de menor monta. En la prensa se hablaba de exceso
de confianza. “Nunca tuvo Venezuela un cuadro con tantas figuras”, escribieron
en El Nacional.
Nadie
salvaría del tormento a El Salvador, que aún no pisaba el home luego de 20
entradas. En una hora y 35 minutos cesó un combate asimétrico (10-1). Aún así,
Abelardo Raidi trinó contra el casero desde su tribuna en El Nacional. Denunció
que el equipo tricolor “jugaba a lo que saliera”, “con un desgano inexplicable”
y haciendo “payasadas en las bases”. “No está jugando a la altura de su
poderío”, condenó el avezado cronista. Martín Fierro hizo su
diagnóstico: “exceso de team”.
Pese a
permanecer invicto, varios venablos impactaron la humanidad del timonel
Casanova. Le cuestionaron haber sacado al pitcher Juan Tremaria en el quinto
tramo, cuando tenía a El Salvador sin hits ni carreras. Lo señalaron por haber
innovado con Alfonso Carrasquel en el short contra Panamá, en desmedro del
veterano Adolfredo González. “Nos parece Carrasquel un gran prospecto, tal vez
el mejor pino nuevo del equipo venezolano”, anotó Martín Fierro. “Pero en un
partido de gran compromiso no era posible olvidar que Adolfredo González es un
shortstop de veteranía… Si Casanova le sigue dando chance a los novatos, el
campeonato corre el riesgo de irse en avión para Panamá”.
Sea por
presión de la opinión pública, o por genuino acto de contrición, Casanova
reenganchó a González en el SS y se la jugó con el establishment por el resto
del calendario: Romero Petit, Bríñez, Vento, Fernández, Finol, Benítez, González, Fonseca. Ellos
despacharon a Nicaragua 3-0 en tiempo récord (1 hora y 17 minutos) con jonrón
de Vento y blanqueo de Bracho, ambos de la vieja guardia del 41. Así terminó la
ronda inicial del Mundial, en la cual los tiradores nativos consiguieron dos
blanqueos y aceptaron cuatro anotaciones en igual cantidad de encuentros.
Un
entremés degustó Venezuela en el inicio de la rueda final. 15-1 desguasó
a Costa Rica con una ráfaga de 22 hits. 12-0 desintegró a Colombia, con nueve
arepas servidas por “El Mono” Zuloaga y tres fletes para “Dumbo” Fernández y
Benítez “Redondo”. 8-4 sucumbió finalmente Panamá con tres remolcadas de
Benítez que saldaron cuentas con Cupidan. “Venezuela ha logrado entrar,
definitivamente, en forma”, opinó Abelardo Raidi. El bateo, que dejó hablar
primero al pitcheo, tomó la palabra en la hora buena y además tuvo la
última.
El 15 de
noviembre de 1945, mientras los jerarcas del nacionalsocialismo
respondían por sus crímenes en Nuremberg, Venezuela dictaba sentencia sumarial
en la VIII Serie Mundial de Beisbol Amateur. A Nicaragua se la llevó una crecida
de 13 carreras y 14 hits criollos. A falta de dos jornadas, el tricampeonato
era tendencia irreversible. El trofeo se quedaba en Caracas. Nuevamente fue
“Redondo” el principal gestor, con tres producidas. “El Mono” Zuloaga no solo
ganó el partido, sino que mandó a tres para el hogar.
Los
criollos se derraparon en el festejo al día siguiente, con una grotesca paliza
de 31-1 a los salvadoreños. “Todavía estará cansada esa gente, de tanto que
corrió”, bromea el general José Antero Núñez, autor
de libros sobre las coronaciones de 1941, 1944 y 1945.
Esta
inhumana tunda fue récord del orbe y sobrevive como marca para selecciones
nacionales mundialistas de beisbol. Como supondrán, Benítez tuvo otra fecha
redonda, de seis remolcadas. Con triunfo 4-3 ante Panamá, Venezuela se despidió
invicta del mundial centroamericano y del Caribe.
Las
estadísticas finales debelaron la magnitud del desequilibrio en este torneo.
Venezuela hizo 112 carreras en once partidos (10.1 por juego) y recibió
solamente 22 (2 por encuentro). Durante la segunda parte, cuando Venezuela
alcanzó su velocidad de crucero, la disparidad se hizo aún más escandalosa: en
los últimos seis compromisos, la flota nacional pisó el pentágono 83 veces, a
razón de 13,8 por lance.
La
selección tuvo al Más Valioso del certamen (Benítez Redondo), que además fue
campeón bate (.526), principal impulsor (16), mayor anotador (16) y mejor
jardinero. Antonio Bríñez ganó el premio al mejor inicialista luego de promediar para .444.
“Dumbo” Fernández ligó para .456, Adolfredo González para .382 y Enrique
Fonseca, que nunca bateaba, se bajó con .395 de average. Luis Romero Petit
encabezó a los robadores, con 9. “El Mono” Zuloaga se alzó como el pitcher de
mayor dominio (4-0). Dalmiro Finol resultó el infielder más destacado.
El mundial
se redujo a Venezuela y cinco presas. “La no concurrencia de Cuba, México y
Santo Domingo preparó los ánimos para una Serie Mundial floja, incolora”, puso
las cosas en perspectiva Federico Pacheco Soublette, reportero para la época.
El general Antero Núñez precisa
que los conflictos surgidos con mexicanos, dominicanos y cubanos en Caracas
1944 causaron el boicot del 45. Con los quisqueyanos el pique se remonta más
lejos, a 1942, cuando los de La Española llegaron a negarse a jugar con sus
pares suramericanos. En 1944 hubo un incidente en el cual salió herido un
jugador dominicano tras liarse a golpes con un empleado del hotel caraqueño
donde se alojaba.
Aún así,
el mánager Casanova se envanecía por el campeonato conseguido en 1945. “Con
este triunfo, Venezuela tenía en su haber tres Series Mundiales”, se
transcriben sus palabras en el libro “José Antonio Casanova”, de José Antero
Núñez. “Yo había contribuido en una como jugador y en
dos como mánager, y es claro que me sentía orgulloso de ayudar a poner en alto
el tricolor nacional”. Vaya usted a saber si para Casanova sería motivo
de alborozo o de congoja que, después de ellos, la nada. Han pasado 67 años y
el país no ha vuelto a copar la arena internacional en el deporte que le duele
más hondo. ¿Será el Clásico Mundial de 2013 el cierre de tan largo
paréntesis?
Box score
del juego que le dio el título a Venezuela
Venezuela
AB C H O A E
L. Romero
3B 5 2 0 1 2 0
A. Bríñez 1B 4 2 2 7 0 1
G. Vento
LF 2 0 0 0 0 0
R.
Fernández RF 4 2 1 0 0 0
H. Benítez
CF 3 1 2 2 0 0
D. Finol
2B 3 0 1 3 4 0
A.
González SS 5 2 2 2 4 2
E. Fonseca
C 5 1 1 6 1 1
J. Bracho
P 0 0 0 0 0 0
L. Zuloaga
P 4 1 2 0 1 0
V. Osorio
LF 3 1 2 3 0 0
G. Cedeño
2B-1B 2 1 1 2 0 0
V. Arévalo
CF 2 0 0 1 0 0
B.
Fuenmayor P 0 0 0 0 0 0
E. Pérez
2B 0 0 0 0 0 0
Totales 42
13 14 27 13 14
Nicaragua
AB C H O A E
C. Newell
LF 6 3 1 1 0 2
F. Green
CF 6 2 2 5 0 0
J.
Valecillo 2B-C 4 1 2 3 4 0
J. Cayasso
1B 3 0 0 9 0 0
J.
Robinson RF 3 1 2 3 0 1
J.
Williams 3B 3 1 1 2 1 1
F. Fletes
SS 4 1 2 1 5 1
J.
Sandoval C 2 0 1 0 0 1
F. Lara P
1 0 0 0 0 0
E. Mendoza
P 0 0 0 0 0 0
A.
Solórzano P 0 0 0 0 0 0
P.
Sandoval P 0 0 0 0 0 0
A. Fonseca
P 2 0 0 0 1 0
J.
Hernández C 2 0 0 1 0 0
C. Navas
2B 1 0 0 2 1 0
A. Miranda
(1) 1 0 0 0 0 0
Totales 39
9 11 27 12 6
Bateó por
Navas en el 9º inning
Anotación
por entradas
Venezuela
020 503 120 -13
Nicaragua
010 014 030 -9
Sumario:
two base hits: H. Benítez, E. Fonseca, F. Fletes.
Hits a los
pitchers: A J. Bracho 3 en 1 y 1/3 innings; a L. Zuloaga 8 en 6, a B. Fuenmayor
0 en 1 y 2/3, a F. Lara 7 en 3 y 2/3, a E. Mendoza 0 en 0, a A. Solórzano 0 en
0, a P. Sandoval 0 en 0, a A. Fonseca 4 en 3 y 1/3, a J. Valecillo 3 en 2.
Struck
outs: L. Zuloaga 5, B. Fuenmayor 1, J. Valecillo 1.
Bases por
bolas: J. Bracho 1, L. Zuloaga 7, F. Lara 1, E. Mendoza 3, P. Sandoval 2, A.
Fonseca 1, J. Valecillo 1
Doubleplays:
J. Williams a J. Valecillo; A. González a D. Finol.
Bases
robadas: S. Cayasso, L. Romero 2, A. González.
Carreras
limpias: A. J. Bracho 1, a L. Zuloaga 3, a B. Fuenmayor 0, a F. Lara 5, a E.
Mendoza 2, a A. Solórzano 0, a F. Sandoval 0, a A. Fonseca 2, a J. Valecillo 2
Empujadores:
V. Osorio, R. Fernández, H. Benítez 3, G. Cedeño, D. Finol 2, D. Fonseca, L.
Zuloaga 3, E. Green, J. Valecillo, S. Cayasso, J. Williams 2, J. Sandoval
Passed ball:
J. Hernández
Pitcher
ganador: L. Zuloaga
Pîtcher
derrotado: F. Lara
Tiempo de
juego: 2 horas y 30 minutos
Umpires:
señores Winne, Scannon y Kafka.
Anotador
oficial: Alberto Hidalgo
Caracas,
15 de noviembre de 1945
El Dato
En la
paliza de 31-1 a El Salvador, Venezuela sonó 22 hits y El Salvador cometió 12
errores
El Dato:
el último día del torneo, Casanova quiso volver a poner a Alfonso Carrasquel,
pero el muchacho de 17 años de edad se negó a hacerlo. Le quitaron el uniforme