Carlos Valmore Rodríguez
Seis temporadas, dos campeonatos seguidos, cuatro finales, cinco
playoffs, 203 victorias, 175 derrotas, casi cien importados firmados,
doce grandeligas obtenidos en intercambio, cinco mánagers contratados,
cuatro series particulares ganadas al Caracas. Esa es, en cifras, la
época de Luis Blasini como gerente deportivo de los Navegantes del
Magallanes, que ha llegado a su fin.
Él mismo lo dio a entender
cuando la galera perdió la final de la campaña 2014-2015. “No sé si
regrese”, afirmó el 28 de enero este tripulante de la nave por casi
tres lustros. Y no se irá del todo. “Se mantendrá con nosotros como
asesor”, explicó una fuente oficial del equipo. “Lo que pasa es que él
tiene proyectos personales que atender y requiere tiempo para ellos”.
Blasini explicó que, por compromisos personales, no podrá estar en
el puente de mando a tiempo completo. “Entre octubre y noviembre no voy a
poder estar en Valencia”, se justificó quien también se desempeñó como
secretario de viajes y asistente al presidente.
En principio, nadie
lo reemplazará en el cargo porque la gerencia deportiva, como tal,
desaparecerá. Sus funciones las reabsorverá la Comisión Deportiva, a la cual Blasini va a asesorar. Él apoyará con sus contactos y relaciones. Y opinará. Se espera
que Roberto Ferrari asuma roles de mayor envergadura cuando se produzca la elección de la nueva directiva. Ferrari dijo estar a la orden en caso de que la institución le ofrezca la Presidencia de la Junta Administradora, el más alto cargo de gobierno en el organigrama del club. Ferrari es el único integrante de la actual directiva que se ha mantenido ininterrumpidamente dentro de ella en los últimos veinte años.
Los
Bigleaguers.
La de Blasini fue la administración de los grandeligas, y
más específicamente, de los catchers grandeligas. Mientras estuvo al
frente de la gerencia deportiva, la organización obtuvo a Ramón
Hernández, a Miguel Montero, a Humberto Quintero, a Francisco Cervelli
y, por último, a Jesús Sucre. De ellos, Hernández fue el que rindió
mayores dividendos en ese periodo, aunque no como catcher, sino en
calidad de inicialista y designado. Como magallanero, el sucrense golpeó
para .340 en playoff y fue el Más Valioso de la final en la contienda
2013-2014. Y hubo más bigleaguers. Con Blasini al frente (y Roberto
Ferrari como negociador habitual), el Magallanes incorporó a los
infielders Andrés Eloy Blanco, Ronny Cedeño, Jonathan Herrera y Alberto
Callaspo, así como a los lanzadores Carlos Zambrano, Fernando Nieve y
Yusmeiro Petit, un ex magallanero al que recuperó luego de enviarlo a
Bravos de Margarita.
También consiguió, vía canje, a jugadores que,
sin ser grandeligas al momento de su llegada, resultaron de gran
utilidad para la nao, como el toletero Mario Lisson (quien en enero de
2014 construyó el récord de diez jonrones para el round robin), el
relevista Amalio Díaz (3.19 de EFE como filibustero), el patrullero
Frank Díaz (de sobresaliente ejecutoria en la 2013-2014) y el taponero
zurdo José Mijares (1.71 en su estreno con el club). También llevó
futuro a Valencia, en las personas del catcher Tomás Telis y el taponero
Bruce Rondón (ambos graduados de grandeligas luego de ser transferidos a La Michelena).
No hubo equipo con el cual no hiciera trueque ni año sin movimientos.
Para
hacerse de todas estas figuras, Blasini pagó una elevada tasa de
impuesto al lujo. Debió entregar a Ernesto Mejía, Novato del Año, mejor
productor y dos veces Jugador Más Valioso con las Águilas del Zulia; a
Balbino Fuenmayor, una de las principales atracciones del campeonato
anterior con Caribes de Anzoátegui y quien le sonó a los Navegantes un doloroso
vuelacerca en la final pasada; a Yusmeiro Petit, quien a su partida del José Bernardo
Pérez fue Regreso del Año con Margarita y coronó como refuerzo a los
Tigres de Aragua; a Freddy Galvis, hoy por hoy campocorto titular de las
Águilas y los Filis de Filadelfia; a Alex Torres, a la fecha grandeliga y uno
de los lanzadores más efectivos de la LVBP desde su llegada al Zulia,
con 3.45 de efectividad. Del mismo modo cedió a José Pirela, también bigleaguer, Novato del
Año, Guante de Oro y bateador de .303 en cinco torneos con los
marabinos.
Hubo rotundos fracasos, como el de Humberto Quintero (que
nunca jugó) y el de Fernando Nieve (que pitcheó poco y mal como
magallanero). Aún así, durante el ciclo Blasini no hubo una novena más
finalista que los Navegantes ni una que le superara en juegos ganados.
Uno de los grandes aciertos de
Blasini fue sumar, sin entregar nada a cambio, al artillero Eliézer
Alfonzo, a quien recogió luego de que Caribes de Anzoátegui lo dejara
libre. “El Matatán” sacudió 26 jonrones en dos campañas con los
eléctricos y fue esencial en la conquista del cetro de la 2012-2013, el
primero que obtuvo la franquicia en once años. Gustavo Chacín, otro
jugador que agarró del suelo, ofrendó un nutritivo tributo como miembro
de la rotación en esa misma zafra.
Blasini afrontará nuevos retos.
Criticado al punto de que su cabeza llegó a pender de un hilo, logró
legitimarse con el “bicampeonato”.
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